Como abogado postulante, algunos colegas me han preguntado acerca de la influencia de la inteligencia artificial (IA) sobre nuestra profesión.
Aun y cuando hay muchas posturas en torno a ese tema, encontré un artículo de la Doctora Megan Ma, Directora Asociada de CodeX y del Programa de Derecho, Ciencia y Tecnología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford, que me llamó especialmente la atención.
Fue publicado recientemente por la revista electrónica Artificial Lawyer y reproduzco sus principales ideas a continuación; han sido editadas por mi para fines de traducción y espacio de esta columna. ¿Qué pasará con los abogados?
Con la llegada de tecnologías de vanguardia, la gente se pregunta si con ella los abogados serán reemplazados o potenciados. Sin embargo, considerando la facilidad de uso y acceso a la IA generativa, la pregunta va más allá de esta dicotomía entre reemplazo/potencialización. La interrogante es mucho más profunda: la gente cuestiona el valor que ofrecen los abogados.
Los modelos lingüísticos gigantes (LLMs) como ChatGPT, Gemini y Claude están empujando a los abogados y a la comunidad de profesionales del Derecho en general a iniciar un proceso de comprensión más profundo de la mecánica de nuestra práctica. ¿Cuáles son las habilidades con las que necesariamente debemos de contar como abogados? ¿Cuáles son las métricas que podemos usar para evaluarnos?
Hoy en día cuando se nos pregunta sobre la prestación de servicios legales de calidad (por ejemplo, ¿qué diferencia a un buen contrato de uno excelente?), no existe una respuesta clara. Como practicantes del Derecho, nos vemos obligados a callar o a dar una respuesta mediocre.
Ausencia de puntos de comparación
La falta de información empíricamente verificable en torno a aquello que califica como una tarea jurídica y a los requisitos para asegurar que dicha tarea se realice con un cierto nivel de calidad, han dificultado en gran medida el uso e integración de la IA generativa en nuestros trabajos.
En consecuencia, hemos sido testigos de más de año y medio de exploración de esta tecnología, pero no de su potencial para la profesión legal. Sus usos actuales en nuestra práctica se han limitado al apoyo en la ejecución de tareas de alto volumen y baja sofisticación.
En ausencia de puntos de comparación suficientes entre el apoyo recibido de un LLM y el desempeño humano, ¿cómo sabremos si los LLMs son buenos asistentes, o incluso co-pilotos?
El conocimiento legal se almacena en procesos
La Doctora Ma nos recuerda que una de las principales complejidades de la industria de los servicios jurídicos es que gran parte del trabajo es muy diverso y el valor agregado es implícito a nuestro trabajo.
Este trabajo es impulsado por la experiencia del profesionista, así como por su conocimiento específico del cliente y de la industria en que éste opera: los conocimientos de nuestra profesión se encuentran almacenados en los procesos de análisis, negociación y elaboración, no en los productos que resultan de ellos. Entonces, ¿qué pasa con la aplicación de los distintos procesos que siguen los abogados, dentro de su educación y posterior capacitación?
De acuerdo con la Doctora Ma, en el Centro de Informática Legal de Stanford (CodeX) consideran que “desnatar” el conocimiento legal implícito en los procesos mencionados podría permitirles construir valiosas herramientas de formación para las siguientes generaciones de abogados.
En consecuencia, han comenzado a experimentar con cinco proyectos desarrollados con algunos despachos de abogados y otros participantes en la industria jurídica: (1) simulación de negociaciones; (2) preparación de litigios; (3) análisis de comentarios a documentos; (4) simulación de despachos de abogados con múltiples intereses, y (5) IA supervisora.
Simulación de negociaciones
El primer proyecto está inspirado en análisis básicos en torno a la asunción de papeles (“role playing”) en una negociación. Su objetivo es construir juegos de negociación apoyados en LLMs y basados en la experiencia de abogados que cuentan, cada uno, con más de 40 años de ejercicio profesional y donde se asumen diferentes grados de asertividad, distintas estructuras corporativas, matices industriales diversos y estrategias más o menos detalladas. Cada uno de estos juegos tiene la intención de preparar al participante en simulaciones de negociación cada vez más complejas.
Preparación de litigios
El segundo proyecto se adentra en la preparación de litigios. Las herramientas de IA aprovechan LLMs multimodales (es decir, que utilizan imágenes, textos y audios) para permitir que un abogado reciba retroalimentación sobre su desempeño en un litigio, con base en objetivos pre-definidos y sustentada en las pruebas a desahogarse durante el proceso.
En este proyecto, los litigantes permitirán que la IA analice las pruebas a desahogar frente al juzgador, así como los objetivos perseguidos con ellas, y posteriormente la herramienta proporcionará retroalimentación que servirá de base para analizar el alcance general de la estrategia del abogado en el juicio.
Análisis de comentarios a documentos
El tercer proyecto re-analiza los supuestos que gobiernan la estandarización y mejores prácticas en la redacción de contratos. Si bien ciertos tipos de contratos se prestan muy bien a la estandarización, gran parte del trabajo legal de mayor complejidad ha estado tradicionalmente muy asociado a la persona que lo realiza. Se ha demostrado que los conocimientos legales entre los abogados son bastante heterogéneos y pueden variar de manera dramática tanto entre los asociados como entre los socios.
Para entender mejor el valor agregado específico de expertos altamente capacitados y encontrar formas de capturar el conocimiento que poseen los socios más experimentados, la Doctora Ma y su equipo están desarrollando una aplicación que se integra con MS Word y que aprovecha los LLMs para extraer conocimientos de los comentarios a documentos legales hechos por socios “senior” de despachos de abogados.
Con base en ello, esta aplicación construye “vigilantes” de contratos que articulan reglas específicas y razonamientos que correlacionan los comentarios realizados con la práctica del mercado, y sirven así de apoyo al abogado menos experimentado.
Simulación de despachos de abogados con múltiples intereses
Dentro de esta línea, hay dos subproyectos: (1) simulación de una firma de abogados basada en LLMs, y (2) colegas legales autónomos.
En el primero, el objetivo de la Doctora Ma y su equipo consiste en probar la eficiencia operativa de los flujos de trabajo y las colaboraciones internas en el entorno de un bufete de abogados. El objetivo de estas simulaciones es la evaluación de las maneras en que las interacciones entre varios tipos de interesados tienen impacto sobre la generación de valor en un despacho.
En el segundo subproyecto, la Doctora Ma busca desarrollar el primer Devin jurídico (un robot autónomo que diseñe software para la industria jurídica), identificando flujos de trabajo y procesos que fomenten la colaboración ser humano-máquina y diseñe el software que los permita.
El objetivo más amplio es apoyar a los abogados internos y despachos “boutique” para distribuir el trabajo de manera más productiva.
IA supervisora
El último proyecto de la Doctora Ma y su equipo reflexiona sobre el futuro de la práctica legal y cómo mantener y exigir las responsabilidades del abogado en la era de la colaboración humano-máquina. Es decir, ¿qué mecanismos deben aplicarse para asegurar y verificar continuamente que existen supervisión y responsabilidad apropiadas (es decir, humanas y expertas)?
La Doctora Ma considera que un enfoque ideal integra dinámicamente barreras de protección basadas en LLMs, con análisis fundamentados en la ley y realizados por expertos; de manera que continuamente se capture la complejidad de la profesión legal.
Estos proyectos son tanto un adelanto como una respuesta informada a la transformación que está enfrentando la profesión legal. La IA generativa no es simplemente una añadidura a la práctica legal; más bien, la Doctora Ma anticipa que será pieza fundamental en la forma de educar y entrenar a los futuros profesionales del Derecho.
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Por Emilio Carrillo, abogado especializado en temas de financiamiento, tecnología y M&A. X: @ecarrillop; página web: pcga.mx. Las opiniones expresadas son personales del autor y no constituyen recomendaciones de inversión; las inversiones en tecnologías novedosas son de muy alto riesgo y cabe la posibilidad de que todos los recursos destinados a ellas podrían perderse.