En meses recientes se han publicado diversos casos de personas que han leído su propio obituario o que reciben llamadas de parientes alarmados por haber visto el obituario de algún ser querido cuya muerte les ha tomado totalmente por sorpresa. Luego de que varios amigos me comentaron de este tema, y después de analizar diversas publicaciones en torno al tema, me di cuenta de que los falsos obituarios se han convertido en una plaga.
A continuación les expongo las que considero las principales ideas al respecto de la autoría de la periodista Mia Sato de The Verge, a quien también le escuché exponerlas en el podcast “What Next” de Slate, el 3 de marzo de este año.
La historia de Brian Vastag y Beth Mazur
Mia Sato comienza narrando que a finales de diciembre de 2023, varios amigos de Brian Vastag y Beth Mazur quedaron devastados al enterarse de que la pareja había fallecido repentinamente. A medida que los obituarios aparecían en Google, sus parientes y amigos comenzaron a llamarse para compartir la terrible noticia, llegando incluso a contactar a personas que estaban de vacaciones al otro lado del mundo.
Sin embargo, Brian Vastag estaba vivo y desconocía los falsos obituarios que habían saltado al primer lugar de los resultados de búsqueda de Google al teclear su nombre. Beth Mazur había fallecido el 21 de diciembre de 2023, pero los artículos falsos que saturaban la web afirmaban que Vastag también había fallecido el mismo día. Vastag estuvo casado con Mazur por un tiempo y permaneció en contacto con ella muchos años después.
Alerta por obituarios falsos creados por IA
“Beth Mazur y Brian Vastag Obituario, Síndrome de Fatiga Crónica (SFC/EM) Mató a 2”, lee un artículo citado por Sato y publicado en un sitio web llamado Eternal Honoring. Otro sitio llamado In Loving Memories News y también referido por Sato dice: “Obituario de Beth Mazur y Brian Vastag, Síndrome de Fatiga Crónica (SFC/EM)”.
Además de los artículos que afirmaban que Vastag estaba muerto, Sato indica que había numerosos falsos obituarios sobre Mazur, escritos con titulares sensacionalistas y estructuras optimizadas para motores de búsqueda de Internet.
Obituarios escritos y en video
The Verge identificó más de una docena de sitios web que publicaron artículos sobre la muerte de Mazur, junto con varios videos de YouTube de personas leyendo obituarios de un guion. Esos sitios tienen nombres extraños y mantienen un flujo constante de artículos sobre una amplia gama de temas, incluidas las muertes de personas en todo el mundo.
Coincido con Sato cuando señala que los artículos son torpes y proporcionan poca información, pero están llenos de palabras clave que los usuarios de Google están buscando. Sato afirma que además de la docena de sitios que halló y que publicaron algo sobre Mazur, hay una red extensa de sitios web que aparecen en los primeros lugares de las búsquedas de Google y que ganan dinero cuando familiares, amigos y conocidos buscan información sobre una persona fallecida.
Uso de herramientas de IA
Sato afirma que esos sitios tienen características de haber sido generados utilizando herramientas de inteligencia artificial (IA). Ella refiere que Vastag sospecha que la desinformación en torno a su aparente muerte, por ejemplo, podría atribuirse a alguien que copió una columna que Vastag y Mazur escribieron juntos (uno de los artículos que afirma que Vastag había muerto parece ser un resumen de esa columna).
Los obituarios que encontró Sato son casi idénticos entre sí, con algunas palabras cambiadas y repitiendo detalles inexactos, como por ejemplo la ciudad donde vivía Mazur. Esos obituarios comenzaron a publicarse, de acuerdo con Sato, al día siguiente en que MEAction Network, una empresa sin fines de lucro que fundó Mazur.
Mia Sato refiere que Google ha tenido dificultades para frenar la divulgación de obituarios “spam” durante mucho tiempo: por años, varios sitios web optimizados para buscadores de internet han permanecido ocultos y surgen en los primeros lugares de búsquedas después de que una persona fallece.
Los sitios luego monetizan agresivamente sus contenidos cargando páginas y más páginas de anuncios muy intrusivos (de aquellos que bloquean e invaden pantallas) y obtienen beneficios cuando personas hacen “clic” en ellos.
“Recorte” y monetización de obituarios
Ahora, la amplia disponibilidad de herramientas de IA generativa parece estar acelerando el diluvio de obituarios falsos de baja calidad. El “recorte de obituarios” es una práctica común que afecta no solo a celebridades y figuras públicas, sino también a cualquier persona.
Las funerarias en los Estados Unidos han estado lidiando con sitios web de agregadores de obituarios durante al menos 15 años, dice Courtney Gould Miller, directora de estrategia en MKJ Marketing, especializada en marketing de servicios funerarios y citada por Sato.
Esos agregadores recorren noticias y sitios web de funerarias locales, en busca de anuncios de muertes que tengan detalles básicos como nombre, edad y el sitio donde se llevará a cabo la velación. Luego, “recortan” y publican nuevamente el contenido a gran escala, utilizando plantillas o, cada vez más, herramientas de IA.
En opinión de Sato, Legacy.com es la versión más grande y establecida de estos agregadores, pero innumerables sitios web más pequeños y sospechosos aparecen continuamente. Algunos de estos sitios contienen información inexacta, como la fecha o ubicación de un velorio. Otros recopilan pedidos de flores o regalos que no llegan a su destino, frustrando a familiares y amigos y causando dolores de cabeza a las funerarias locales de los Estados Unidos.
The Thaiger: obituarios marcados como “tendencias”
Un sitio citado por Sato y llamado “The Thaiger” está lleno de noticias que abarcan todos los temas imaginables. Sus escritores siguen los noticias virales, como las disputas políticas en las Universidades de la Ivy League. Los escritores de The Thaiger, que tiene su sede en Bangkok, Tailandia, producen en ocasiones más de 20 historias al día, incluidos obituarios. Todos esos obituarios tienen una estructura similar, a veces utilizando frases vagas idénticas respecto del difunto.
De acuerdo con Sato, las historias sobre muertes a menudo están etiquetadas como “tendencias” incluso cuando no hay indicación de que la persona fuera conocida fuera de su comunidad – o en la propia Tailandia –, y los artículos relacionados con ellas aparentan agregar o reescribir informes de noticias locales, publicaciones en redes sociales o en obituarios reales elaborados por familiares.
En otro sitio llamado FreshersLive y citado por Mia Sato, los artículos sobre personas que han muerto están impecablemente optimizados para Google. Palabras clave como “Beth Mazur”, “MEAction Network” y “Síndrome de Fatiga Crónica” aparecen muy frecuentemente.
El texto está dividido en varias secciones con subtítulos impulsados por optimización para buscadores, como por ejemplo “¿Quién era Beth Mazur?” y “¿Está Beth Mazur Muerta?” Incluso, como señala Sato, hay una sección de preguntas frecuentes al final de la página: una versión más oscura y cruel de una práctica que abunda en la web.
Cuidemos nuestra información personal; seamos discretos
Hasta aquí las referencias al artículo de Mia Sato. Me parece que no debe sorprendernos el hecho de que mientras más información personal subamos a las redes sociales y a la Internet en general, más oportunidades habrá para que herramientas de IA sean utilizadas para lucrar con nuestras historias y provocar con ello la confusión y el dolor de nuestros seres queridos.
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Por Emilio Carrillo, abogado especializado en temas de financiamiento, tecnología y M&A. Twitter: @ecarrillop; página web: www.bcarrillog.com. Las opiniones expresadas son personales del autor y no constituyen recomendaciones de inversión; las inversiones en tecnologías novedosas son de muy alto riesgo y cabe la posibilidad de que todos los recursos destinados a ellas podrían perderse.