El Día de Muertos, una de las tradiciones más arraigadas en la cultura mexicana es la colocación de la ofrenda en honor a los difuntos. Este ritual, que data de tiempos prehispánicos, tiene como propósito rendir homenaje a los seres queridos que ya no están en este mundo. Sin embargo, aunque este sea un altar de muertos lleno de deliciosos alimentos, existe una poderosa razón por la que nunca debes comerlos.
La ofrenda se convierte en un vínculo simbólico entre los vivos y los muertos, y en ella se colocan una serie de elementos con gran significado, entre los que destacan las flores de cempasúchil, las veladoras, el pan de muerto, y una variedad de alimentos y bebidas que fueron del agrado de los difuntos. La creencia popular señala que durante el Día de Muertos, nuestros fieles difuntos vienen a visitarnos para comer lo que más les gustaba en vida.
Te podría interesar
Dicho altar de muertos es una gran tradición para millones de hogares en México, por lo que conocer la razón por la que los alimentos de la ofrenda pierden el sabor es parte del trasfondo de la festividad. Los productos más afectados son aquellos que contienen grasas, como el pan de muerto, los guisos y los dulces tradicionales, pues las grasas tienden a perder su sabor con mayor rapidez.
Te podría interesar
Esta es la razón por la que nunca debes comer los alimentos del altar de muertos
Según esta creencia, una vez que las ánimas han visitado la ofrenda, los alimentos que permanecen en ella han perdido su sabor y sustancia. Se dice que las almas de los difuntos se llevan la esencia, dejándolos desabridos y sin ningún valor nutritivo para los vivos. Esta es la razón por la que muchas personas, especialmente en zonas rurales y comunidades profundamente apegadas a las costumbres tradicionales, evitan consumir los alimentos que se han dejado en el altar de muertos, ya que creen que lo que queda es solo una cáscara vacía de lo que antes fue.
Este mito, aunque respetado por muchos, carece de base científica. Sin embargo, refleja el profundo simbolismo espiritual que envuelve al Día de Muertos y el respeto que se le tiene a la memoria de los fallecidos. Para quienes siguen esta creencia, comer los alimentos de la ofrenda sería una falta de respeto hacia los difuntos, ya que se estaría tomando algo que ha sido “consumido” por sus almas.
Por otro lado, la ciencia ofrece una explicación más pragmática y basada en procesos naturales que ocurren en los alimentos expuestos al ambiente durante un periodo prolongado de tiempo. La principal causa de que los alimentos pierdan su sabor tras pasar horas o incluso días en la ofrenda es un fenómeno conocido como oxidación.
La oxidación es un proceso químico natural que ocurre cuando los alimentos, en contacto con el oxígeno del aire, sufren una serie de reacciones que alteran sus propiedades organolépticas, es decir, aquellas características perceptibles por los sentidos, como el sabor, el olor y la textura. Cuando los alimentos permanecen al aire libre, especialmente en condiciones ambientales variables como las que se encuentran durante el Día de Muertos, es común que estos pierdan humedad, cambien de color y su sabor se vuelva menos intenso.
Sigue a Heraldo Binario en Google News, dale CLIC AQUÍ.