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BRICS Pay: ¿Qué significa este nuevo sistema financiero para la economía mundial?

La introducción de BRICS Pay es prueba de la evolución en el panorama financiero, en el que las economías emergentes están dando pasos hacia la autonomía y la resiliencia.

Lo países pertenecientes al BRIC buscan un sistema alterno al dominado por el dólarCréditos: Especial
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La alianza BRICS—Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—ha dado un paso audaz para rediseñar el sistema financiero global con el reciente lanzamiento de BRICS Pay.

Introducido en la tercera semana de octubre de 2024, esta plataforma de pagos digitales basada en blockchain representa un cambio importante en las relaciones financieras internacionales, con el objetivo de reducir la dependencia de los sistemas financieros dominados por Occidente y apoyar transacciones exentas de obstáculos y descentralizadas a través de fronteras.

Pero ¿qué es exactamente BRICS Pay, y cómo podría redefinir el futuro de los pagos transfronterizos y el equilibrio de poder económico?

BRICS Pay surge de los desafíos únicos que enfrentan los países BRICS, cada uno de los cuales ha lidiado con la dominación del dólar estadounidense en el comercio global y la vulnerabilidad asociada a la dependencia de SWIFT, un sistema de mensajería financiera controlado en gran medida por países occidentales.

Tras la exclusión de Rusia de SWIFT debido a sanciones geopolíticas, se hizo evidente la urgencia de un sistema alternativo y resiliente. Con BRICS Pay, la alianza busca crear un ecosistema de pagos capaz de eludir las redes controladas por Occidente, ofreciendo transacciones transfronterizas seguras, rápidas y rentables mediante tecnología blockchain.

En su núcleo, BRICS Pay busca reducir los costos de transacción y los tiempos de procesamiento, al mismo tiempo que asegura que los pagos entre los estados miembros no se vean afectados por presiones geopolíticas externas.

Esta nueva plataforma está diseñada para operar de manera independiente de los sistemas financieros occidentales, facilitando un entorno más estable para que los países miembros comercien e inviertan dentro del bloque. Y aunque el impacto de BRICS Pay aún está aún por verse, las implicaciones potenciales para las finanzas globales son vastas y multidimensionales.

Cómo funciona BRICS Pay

La columna vertebral técnica de BRICS Pay es la tecnología blockchain, que proporciona un registro contable descentralizado y transparente para llevar cuenta de las transacciones. A través de este sistema, las naciones miembro pueden realizar operaciones en sus respectivas monedas nacionales sin depender de bancos o intermediarios financieros de terceros, eliminando así algunos de los riesgos crediticios asociados con la banca tradicional y evitando las comisiones que suelen implicar las transacciones en dólares.

Además, BRICS Pay opera utilizando una “unidad de cuenta” común, una moneda digital vinculada parcialmente al oro y a una canasta de monedas de los países BRICS, que está aún por lanzarse.

Esta unidad no será una moneda en el sentido tradicional; en su lugar, actuará como una “stablecoin” que podrá convertirse nuevamente en diversas monedas nacionales. Al aprovechar esta moneda digital híbrida, la plataforma protegería a los países miembros de las fluctuaciones en el tipo de cambio y reduciría los costos de transacción relacionados con la conversión de moneda.

Objetivos y ambiciones: descentralización y soberanía financiera

BRICS Pay representa más que una simple solución de pago; es una herramienta para lograr la soberanía económica. Al facilitar pagos directos entre monedas nacionales y ofrecer una alternativa descentralizada a SWIFT, BRICS Pay permite a esas naciones navegar alrededor de las restricciones que a menudo acompañan las sanciones occidentales y construir una alianza económica independiente.

Este sistema (al menos en su origen) se concibe como “apolítico”, es decir, libre de las restricciones geopolíticas presentes en el ecosistema financiero actual.

La descentralización del poder en la economía global constituye una aspiración central de BRICS Pay. En su forma actual, el dólar sigue siendo la principal moneda de reserva y una poderosa herramienta de influencia.

Esta prevalencia del dólar, si bien útil para Estados Unidos, a menudo obliga a otros países a mantener reservas en dólares, reforzando indirectamente la economía estadounidense. BRICS Pay busca reducir esta dependencia al proporcionar una alternativa viable, permitiendo así que las naciones miembros gestionen sus interacciones económicas sin reforzar la dominancia económica de Estados Unidos.

Posibles implicaciones para la economía global

El éxito potencial de BRICS Pay podría marcar un cambio importante en el orden financiero internacional. En primer lugar, una red de pagos viable y no controlada por Occidente podría alentar a otros países, especialmente a economías emergentes, a reducir su dependencia del dólar estadounidense.

Esto debilitaría el papel del dólar como la principal moneda de reserva global y podría conducir hacia un comercio global más multipolar.

Si es ampliamente adoptado, BRICS Pay podría aumentar el uso de monedas nacionales en transacciones globales, beneficiando a países como Rusia, Brasil e India, que a menudo enfrentan tipos de cambio desfavorables cuando comercian en dólares. Un mayor comercio e inversión entre los miembros de BRICS podría reducir los costos de transacción, fomentando así el crecimiento económico dentro del bloque y minimizando la influencia exterior en sus economías internas.

Además, si la plataforma BRICS Pay se expande para incluir socios “BRICS+”, que pueden incluir otros países que buscan una alternativa al panorama financiero dominado por Occidente, la plataforma podría convertirse en una red global sólida. Países de América del Sur, África y Asia que han mostrado interés en ingresar al grupo BRICS podrían beneficiarse de un sistema de este tipo, desafiando aún más la dominación del dólar en el comercio internacional.

Retos potenciales y críticas

Aunque BRICS Pay ofrece una visión convincente del futuro, enfrenta varios desafíos que podrían dificultar su aceptación global y su escalabilidad.

Por un lado, los sistemas basados en blockchain requieren altos niveles de infraestructura digital y ciberseguridad, especialmente para gestionar de manera segura grandes volúmenes de transacciones. Cualquier vulnerabilidad podría exponer las transacciones a enormes riesgos, disuadiendo a los usuarios de adoptar la plataforma.

Además, los críticos han planteado dudas sobre la estabilidad de una moneda digital parcialmente vinculada al oro y a las monedas BRICS.

A diferencia del dólar, que tiene una profunda liquidez y una infraestructura de mercado muy robusta, las monedas BRICS no gozan del mismo nivel de confianza global y penetración en el mercado. Esto podría conducir a una alta volatilidad en los precios de la “stablecoin” aún por lanzarse y cuyo objetivo es ser utilizada como puente entre BRICS Pay y las monedas nacionales – especialmente si uno de los países miembros experimenta inestabilidad económica o política.

La estructura de gobernanza de BRICS Pay también está por definirse. Actualmente, el sistema es operado por un consorcio de entidades financieras, tecnológicas y legales de cada país BRICS.

Sin embargo, este modelo de gobernanza descentralizado podría llevar a desacuerdos, especialmente si los intereses de las naciones miembros divergen con el tiempo. Además, algunos países BRICS aún pueden priorizar el acceso a los sistemas financieros occidentales, lo que podría retrasar su integración completa en el ecosistema de BRICS Pay.

El camino hacia adelante: una prueba para la resiliencia financiera global

La introducción de BRICS Pay es prueba de la evolución en el panorama financiero, en el que las economías emergentes están dando pasos hacia la autonomía y la resiliencia. Al proporcionar una plataforma para que los BRICS y posiblemente otras naciones realicen comercio e inversiones de manera independiente, ejemplifica una nueva infraestructura financiera diseñada para un mundo multipolar.

Esta ambición se alinea con llamados más amplios a la inclusión financiera y a la reducción de la dependencia del dólar, un movimiento que ha ganado fuerza entre países que sienten el peso de las sanciones y otras presiones económicas de Estados Unidos.

No obstante, si BRICS Pay puede lograr la escala y la estabilidad necesarias para rivalizar con sistemas existentes como SWIFT, sigue siendo incierto. Gran parte de ello dependerá de la capacidad de la plataforma para ofrecer servicios confiables y seguros, al tiempo que aborda satisfactoriamente las necesidades y preocupaciones de sus usuarios.

Si tiene éxito, BRICS Pay podría convertirse en un modelo para sistemas financieros que priorizan la soberanía y la descentralización por encime de las políticas monetaria y transaccional.

A medida que el mundo observa, el futuro de BRICS Pay servirá indudablemente como una prueba para modelos financieros alternativos y como un posible catalizador de un orden económico global más equilibrado. Aunque los desafíos persisten, las ambiciones de la plataforma representan un paso significativo hacia la independencia financiera de los mercados emergentes, y una posible reconfiguración de las relaciones financieras que han definido la economía global.

En resumen, BRICS Pay no es solo una herramienta financiera; es una declaración de intención de las naciones BRICS—una declaración que afirma que las reglas financieras pueden, y tal vez deben, cambiar.

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