El controversial revendedor conocido como "Jesús a mi estilo" ha vuelto a ser viral, esta vez dejando de lado las Roscas de Reyes de Costco que lo llevaron a la fama para aventurarse en el negocio de revender pizzas. Su reputación, forjada en la compra y reventa de productos de grandes cadenas comerciales, ha generado nuevas interacciones en redes sociales, esta vez centrado en el nuevo producto que ofrece y los precios que pretende establecer. ¿Será realmente su propósito continuar con la reventa, o tiene la intención de convertirse en un creador de contenido?
A pesar del aparente fracaso en la venta de las Roscas de Reyes, “Jesús a mi estilo” no se deja desanimar y busca nuevas oportunidades de emprendimiento. Su presencia en plataformas como TikTok, donde acumula más de 1.4 millones de me gusta y más de 50 mil seguidores, lo coloca en el centro de la atención una vez más.
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Su estrategia de revender productos de cadenas reconocidas a precios considerablemente más altos ha sido objeto de críticas, pero también ha ganado cierta notoriedad.
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De roscas a pizzas: la evolución del negocio del revendedor de Costco
La polémica surge esta vez con la introducción de las pizzas de Little Caesars a su inventario de productos. La crítica principal se centra en el precio que Jesús ha fijado para estas pizzas: 250 pesos, con envío a domicilio incluido. Esto ha desatado una ola de comentarios sarcásticos y burlas por parte de los usuarios, quienes no tardaron en expresar su pensamiento ante la propuesta.
Las redes sociales de Jesús se llenaron de comentarios que cuestionan la lógica de vender pizzas de Little Caesars a un precio tan alto, ya que la pizza básica de pepperoni cuesta 99 pesos en los establecimientos de la cadena y las pizzas grandes cuestan en promedio 129 pesos.
Las críticas no se limitan al precio, ya que algunos usuarios recuerdan la experiencia anterior con las Roscas de Reyes y sugieren que el revendedor debería reconsiderar sus estrategias comerciales. Aunque algunos califican a Jesús como una persona determinada por su persistencia en emprender diversos proyectos, otros lo ven como objeto de entretenimiento.