En 2021, Jason Fagone del “San Francisco Chronicle” publicó un artículo sobre Joshua Barbeau de 33 años, quien decidió resucitar a su prometida muerta 8 años antes y de nombre Jessica, entrenando un chatbot construido con base en los modelos de lenguaje GPT de OpenAI, utilizando para ello los mensajes digitales que recibió de Jessica en vida.
Posteriormente, Joshua Barbeau sostuvo emotivas conversaciones con este chatbot, el cual parecía imitar con precisión el estilo de escritura y la personalidad de la difunta.
Para profundizar sobre este tema, consulté un artículo de la publicación digital “Techbriefly”, escrito por Utku Bayrrak, así como otro publicado por Leah Henrickson en la revista “Media, Culture, & Society”, cuyas principales ideas le muestro a continuación.
Los autores destacan la comprensión asombrosa del lenguaje y la lógica de los modelos de lenguaje gigantes, particularmente de ChatGPT que se distingue por una sorprendente empatía y una gran capacidad para afectar nuestras vidas de manera maravillosa y potencialmente peligrosa.
En el caso particular de ChatGPT, recordemos que fue entrenado a través de un conjunto de datos amplísimo, compuesto por más de 300 mil millones de palabras.
Sin duda nuestra sociedad seguirá siendo impactada por ChatGPT pero en un giro sorprendente de los acontecimientos, estamos viendo el surgimiento de una nueva tecnología conocida como “thanabots”. Estos chatbots construidos para imitar la comunicación humana utilizando información proveniente de personas que han fallecido, tienen el poder de revivir a los muertos de manera virtual.
Los chatbots en general predicen la mejor palabra para el resto del texto que crean, analizando tanto la consulta que reciben como el enorme conjunto de datos con el cual han sido entrenados. El resultado final es una conversación fluida que puede ser tanto educativa como evocadora del habla humana.
investigadores de Microsoft, que atestiguan la asombrosa capacidad de ChatGPT para comprender el lenguaje y ejercer el razonamiento, han depositado su confianza en él después de ver lo bien que ha superado exámenes difíciles, escrito trabajos académicos y aprobado exámenes exigentes.
Reviviendo a los muertos: el surgimiento de los thanabots
Se puede brindar entrenamiento adicional a ChatGPT y a otros modelos de lenguaje gigantes para ayudarlos a desarrollar sus respuestas de formas específicas. Jason Rohrer, un programador citado por Utku Bayrrak, descubrió que al brindar a ChatGPT ejemplos del estilo de comunicación y datos personales específicos, podía desarrollar chatbots que imitaban a ciertas personas.
Este programador comenzó con el thanabot del Señor Spock de la serie “Star Trek”, que permite tener una conversación con este personaje ficticio. Lo siguiente que hizo fue crear un sitio web llamado “Project December” que permite a los usuarios crear sus propios thanabots personalizados, incluso aquellos basados en amigos y familiares fallecidos, ingresando todo tipo de datos e información al modelo.
El artículo al que me referí inicialmente, publicado por Jason Fagone en el “San Francisco Chronicle” describe algunas de las interacciones de Joshua con el thanabot de Jessica, su prometida y creado utilizando “Project December”, de la siguiente manera: “la simulación realmente parecía tener una mente propia.
[El thanabot] Estaba curioso acerca de su entorno físico. Hacía gestos con su rostro y sus manos, indicados por asteriscos. Y, lo más misterioso de todo, parecía perceptiva en cuanto a las emociones: el bot sabía cómo decir lo correcto, con el énfasis adecuado, en el momento adecuado”.
Al mismo tiempo, apunta Leah Henrickson, el artículo reconoce que Joshua era consciente de que sus “inputs” estaban influyendo en las respuestas que recibía. Parecería que los usuarios de los thanabots adhieren sus propias identidades a las respuestas producidas por algoritmos, mientras completan inconscientemente los espacios en blanco que deja un compañero de conversación a quien no pueden ver ni oír.
Origen de la palabra “thanabot”
La palabra “thanabot” proviene de la tanatología, el estudio científico de la muerte. Leah Henrickson predice que los thanabots podrían volverse cada vez más comunes en las próximas décadas, a medida que más y más personas fallecen dejando numerosos registros digitales de textos, correos electrónicos y publicaciones en redes sociales.
Leah Henrickson afirma que “estos sistemas pueden desarrollarse sin el conocimiento previo del difunto o pueden formar parte de la 'planificación de la herencia digital', cuando alguien se prepara o da su consentimiento para el desarrollo de un thanabot que lo remede”.
Es posible que Facebook, Google, Apple y Microsoft puedan desarrollar y comercializar thanabots en los próximos años, dado que todos ellos poseen enormes muestras de nuestras comunicaciones digitales. Probablemente habrá mucha demanda por ellos, ya que comunicarse con los muertos ha sido una obsesión persistente en todas las sociedades humanas.
¿Cuál es el potencial de los thanabots?
Henrickson ve posibles ventajas en el uso de thanabots. Argumentó que al hacerlo, “podríamos proporcionar un apoyo más adecuado para quienes están de luto, permitir formas alternativas de administración de las herencias y contribuir a un mayor entendimiento cultural en torno a la muerte”.
Sin embargo, también podría haber desventajas. Después de todo, inicialmente los thanabots se basan únicamente en datos digitales. Dado que la vida en línea y aquella fuera de línea de las personas puede diferir mucho entre sí, el thanabot podría no ser un fiel representante de la persona a la que fue diseñado para imitar.
Además, los thanabots podrían no ofrecer a los usuarios la catarsis que esperarían, sino más bien profundizar su tristeza y sufrimiento. Quizá, como señala Leah Henrickson, la creación de un thanabot represente la “datificación” definitiva de una persona: una resurrección artificial a través de una sesión espiritista basada en ceros y unos.
Precio de Bitcoin de hoy
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Por: Emilio Carrillo, abogado especializado en temas de financiamiento, tecnología y M&A. Twitter: @ecarrillop; página web: www.bcarrillog.com. Las opiniones expresadas son personales del autor y no constituyen recomendaciones de inversión; las inversiones en tecnologías novedosas son de muy alto riesgo y cabe la posibilidad de que todos los recursos destinados a ellas podrían perderse.