La Reina Isabel II fue una gran amante de los perros especialmente de la raza de los Corgi, durante todo su reinado estuvo acompañada por más de 30 canes, la mayoría descendientes directos de la primera ejemplar que le regaló su padre al cumplir los 18 años. Veamos las mascotas más significativas durante su corona.
Cuando la Reina Isabel II tenía 18 años, sus padres le regalaron su primer cachorro, llamado Susan, tanto quiso la monarca a su primera amiga canina que en 1947, siendo aún princesa y con apenas 21 años, los registros fotográficos muestran que se la llevó de luna de miel.
Monty, Willow y Holly son descendientes de Susan, se hicieron populares al aparecer en la película de James Bond del 2012. En esta, la reina realizó un cameo durante el cual el espía inglés, interpretado por Daniel Carig, la escoltaba a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres.
Whisper: la última corgi
Whisper, fue el último corgi de la Reina, al menos por un tiempo, pues tras su fallecimiento en 2018 la monarca se planteó no tener más perros a su cuidado. Whisper fue adoptado en el 2016 tras la muerte de Bill Fenwick, un exempleado de la corona británica.
Sin embargo, en febrero de 2021 su hijo Andrés le regaló dos pequeños dorgis -un cruce de dachshund y corgi-, Muick y Fergus, para animarla tras hospitalizar a su esposo, el príncipe Felipe, que falleció el 9 de abril.
Según el libro "Pets by Royal Appointment" de Brian Hoey, que hace un repaso a las mascotas de la realeza británica desde el siglo XVI, la reina quería tanto a sus corgis que supervisaba personalmente su dieta diaria. Incluso un empleado preparaba la cena de los perros, consistente en un filete y una pechuga de pollo, que se servía todos los días a las 17h00 en punto.
En su libro, Hoey sugiere que la monarca prefería la compañía de los animales a la de los humanos. La realeza “desconfía de casi de todos aquellos ajenos a su propia familia, así que las únicas criaturas en las que realmente confían no son de especie humana”, afirmaba.
Los pequeños perros que se caracterizan por su color arena con orejas puntiagudas tuvieron una presencia permanente en la corte de Isabel II, los cuales le seguían por cada habitación del Palacio de Buckingham, además de aparecer en fotos y retratos oficiales. Este el árbol genealógico de los corgis de la reina Isabel.
En una entrevista la biógrafa real Ingrid Seward, dijo que tras el fallecimiento de la reina Isabel, los perros seguirán con la familia, probablemente con Andrés porque él fue quien se los obsequió a la reina. El corgi y el dorgi son muy jóvenes.
Si bien eran propiedad de la reina Isabel II, sus corgis tenían designado a personal especial que cuidaba de su bienestar, por lo que es muy probable que ellos sigan haciéndose cargo de ellos.
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