Las películas y series que son basadas en sucesos reales siempre son de gran interés para el público. En esa línea va el último estreno de Netflix, Sin aliento, una producción francesa que ya ha alcanzado el primer puesto del Top 10. Aquí te platicamos de qué se trata.
Sin aliento (No Limit en inglés y Sous Emprise en francés, su idioma original) está en el primer puesto en el ranking mundial de Netflix, con más de 13 millones de reproducciones. El largometraje, fue escrito y dirigido por David M. Rosenthal, está basado en una historia real con una duración de hora y 58 minutos.
La historia de Sin aliento narra el romance de Roxana, una joven que deja su vida en París para aprender a bucear en el sur de Francia, y Pascal, un campeón de buceo, atrevido, intrépido, aventurero pero arrogante que desea batir con todos los récords de inmersión.
A partir de que él la inicia en un deporte que es tan fascinante como peligroso, ella se convierte en su amante y alumna. Consumida por este apasionado romance, Roxana empieza a participar en distintas competencias de buceo de todo el mundo, desafiando sus límites cada vez más.
"En este drama romántico de gran impacto visual, una joven con un talento excepcional se sumerge en un profundo y destructivo amor con su instructor de buceo en la especialidad apnea", dice la sinopsis oficial de la película.
La película cuenta con las participaciones estelares de Camille Rowe, actriz y modelo francoestadounidense que ha trabajado en proyectos como “La casa bajo el agua”, “Puños de sangre”, y “Now is everything” y César Domboy, actor francés conocido por su participación en cintas como “Baby Balloon”, “Un hombre a la altura” y “Un saco de canicas”.
¿Cuál es la historia real detrás de Sin Aliento?
La historia que inspiró al filme de Sin aliento está basada en la vida de Audrey Mestre, una buceadora francesa cuya especialidad fue el buceo libre o la apnea, que consiste en sumergirse sin tanque de oxígeno.
En octubre de 2002, Mestre intentó romper el récord femenino impuesto por Tanya Streeter de 160 metros de profundidad. Logró sumergirse a una profundidad de 171 metros, pero la inmersión se complicó: la deportista no pudo salir a tiempo y falleció.
Al año siguiente, su pareja realizó la misma inmersión en honor a su esposa. Alcanzó la misma profundidad y le entregó simbólicamente un ramo de flores, hecho que fue grabado por el director James Cameron.
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