Tras el fuerte sismo que ocurrió este 19 de septiembre en México con una magnitud 7.5 en Coalcomán, Michoacán, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, alertó de un posible tsunami en las costas del Pacífico de México.
En un comunicado el NOAA, pronosticó olas de entre 1 y 3 metros de altura de Manzanillo, Colima; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Puerto Vallarta, Jalisco; y Acapulco, Guerrero.
El centro de monitoreo indicó que las agencias gubernamentales responsables de las áreas costeras amenazadas deberán tomar todas las medidas para informar e instruir a toda la población que vive cerca del océano y que estaría en riesgo, a fin de conocer los posibles procedimientos y niveles de peligro.
Por su parte, la Secretaría de Marina (Semar) informó que pese a la amenaza de tsumani emitida por el sistema norteamericano, no se espera la generación de variaciones del nivel del mar debido a la ubicación del epicentro.
Algunas entidades del país que reportaron el temblor fueron: Ciudad de México, Guanajuato, Querétaro, Jalisco, Guerrero y Oaxaca.
Hay que recordar que en las últimas décadas los registros de tsunamis en México, se encuentran especialmente en las costas, por ejemplo, en 1932 un sismo de 6.9 grados provocó una gran ola de más de 10 metros de altura que afectó a los litorales de Jalisco y Chiapas.
Un tsunami es una serie de olas procedentes del océano que envía gran cantidad de agua el interior. Pueden llegar a alcanzar alturas de 30 metros y son causados por grandes terremotos submarinos. Alrededor de un 80% de producen en el Océano Pacífico, y pueden recorrer el mar a unos 800 km/hora.
México y las zonas vulnerables a tsunamis
De acuerdo con el Instituto de Geofísica de la Universidad Autónoma de México (UNAM), enn el Pacífico se libera el 85% de la energía sísmica a lo largo del año y México está expuesto a esos tsunamis con dos zonas muy diferenciadas, la más próxima a Baja California y Sonora, regiones receptoras de tsunamis lejanos que pueden llegar de otras partes del océano americano e incluso Asia.
La otra zona se sitúa más al sur de México, extendiéndose hasta la costa de Chiapas. Son zonas generadoras de estos fenómenos y a su vez receptores de otros que provienen de lugares lejanos.
Por otra parte, en las costas del Atlántico el riesgo es mínimo, y es que el golfo de México es una zona muy cerrada y protegida de tsunamis. Además, el Atlántico no es tan activo sísmicamente hablando como el Pacífico.
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