La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) aumentó este miércoles 27 de julio 2022, su tasa de interés clave en tres cuartos de punto porcentual por segundo mes consecutivo, igualando el mayor aumento desde 1994.
El movimiento coloca a la tasa objetivo a entre 2,25 por ciento y 2,50 por ciento, que es donde se encontraba en el verano de 2019, su máximo más reciente antes de que ocurriera la pandemia de la COVID-19.
El aumento en las tasas de interés clave a 75 puntos porcentuales representa uno de los cambios de marcha más rápidos en la política monetaria de Estados Unidos, pues hace poco más de cuatro meses, la tasa de política estaba cerca de cero y la Reserva Federal compraba miles de millones de dólares en bonos cada mes para impulsar la economía.
Después de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, sugiriera que el ritmo de las subidas de tipos de interés podría ralentizarse más adelante en el año, los principales índices bursátiles se dispararon, con el Dow ganando 380 puntos y alcanzando máximos de sesión.
Sin embargo, Powell no descartó otro aumento de 0.75 puntos en la próxima reunión en septiembre 2022 e informó en una conferencia de prensa que dichas tasas de interés son los elementos clave para tratar de disminuir la alta inflación que se vive en aquella nación y en el mundo entero.
"Las tasas de interés son la herramienta clave de la Fed para tratar de reducir la inflación desde un máximo de cuatro décadas, y el banco central está siguiendo un camino agresivo de aumentos de tasas después de que los precios al consumidor subieran un 9,1 por ciento en junio respecto al año anterior. Al aumentar las tasas de interés, la Reserva Federal aumenta el costo para los consumidores de pedir dinero prestado para obtener una hipoteca, un préstamo para un automóvil o un préstamo comercial, lo que presumiblemente ralentiza el gasto y enfría tanto el crecimiento económico como la inflación", explicó el presidente de la Fed.
Asi, la Fed espera lograr una delicada hazaña de la banca central: desacelerar la economía lo suficiente como para frenar la inflación sin causar una recesión económica.
Muchos economistas dudan de que la Fed pueda lograr esa hazaña, el llamado "aterrizaje suave", pues el aumento de la inflación suele ser un efecto secundario de una economía al rojo vivo.
El momento económico actual evoca oscuros recuerdos de la década de 1970, cuando coexistía una abrasadora inflación, combinada con un crecimiento lento, lo que incubó un nuevo término: la estanflación.
La próxima reunión de la Fed se llevará a cabo del 20 al 21 de septiembre 2022 y ahí, los responsables políticos tendrán dos meses de datos adicionales sobre la inflación, el gasto del consumidor, la producción empresarial, el empleo y otros aspectos de la economía.
Si para ese momento la inflación se desacelera, podría despejar el camino para que la Fed reduzca el ritmo de las subidas de tipos de interés.
La decisión del banco central estadounidense se da luego de darse a conocer la inflación al 9,1 por ciento, la tasa anual más elevada en 41 años.
Al aumentar las tasas de préstamo, la Reserva Federal hace que sea más costoso obtener una hipoteca o un préstamo para comprar un automóvil o una vivienda, con lo que consumidores y empresas se ven en la necesidad de pedir prestado y gastan menos, enfriando la economía y ralentizando la inflación.
Por ahora, la Fed está restringiendo el crédito incluso cuando la economía ha comenzado a desacelerarse, lo que aumenta el riesgo de que sus aumentos de tasas provoquen una recesión a finales de este año o el próximo.
El aumento de la inflación y el temor a una recesión han erosionado la confianza de los consumidores y provocado ansiedad pública sobre la economía, que está enviando señales contradictorias y frustrantes.
Con información de Daily Mail
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