MAL REMUNERADO

¿Cuánto GANA un animador japonés? Denuncian sueldos 'ridículos' en pleno boom del anime

Durante la pandemia, Netflix anunció que las visualizaciones de anime crecieron un 50%

Denuncian sueldos ridículos en pleno boom del anime.Créditos: IMDB
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En los últimos años el anime ha tenido un BOOM que lo ha llevado a plataformas en las que no había sido considerado antes como Netflix, donde su éxito comenzó a poner en las listas de popularidad a varios títulos como 'Ataque a los titanes', 'Death Note', 'Toradora' o 'Sakura, cazadora de cartas', entre otras.

Por ejemplo, durante la pandemia, Netflix anunció que las visualizaciones de anime crecieron un 50%. Esto podría hacernos pensar que los animadores japoneses están ganando sueldos de envidia, pero la verdad es que la realidad de dichos profesionales es muy distinta.

Denuncian sueldos ridículos en el mundo del anime

Al contrario de lo que te podrías haber imaginado, la verdad es que los animadores en Japón no solo perciben sueldos paupérrimos. Según la Asociación de Creadores de Animación de Japón, sus sueldos van entre los 12,000 y los 36,000 dólares anuales, (aproximadamente 248 mil y 744 mil pesos al año); esto quiere decir que estos profesionistas están ganando un aproximado de entre 5.76 y 17.31 dólares por hora (119 a 357 pesos)  en jornadas de 40 horas a la semana.

Esto resulta contradictorio, sobre todo cuando se trata de series exitosas que están triunfando en varias partes del mundo.

De acuerdo con el artículo publicado en SlashFilm, lo más probable es que esto se deba al modelo laboral y de producción desfasado que sigue reinando en el sector.

'Karoshi' o "muerte por exceso de trabajo"

Según un artículo publicado en SlashFilm, el modelo de trabajo que padecen los trabajadores del mundo del anime está causando que los empleados sufran de lo que en Japón se denomina 'Karoshi' o "muerte por exceso de trabajo".

En Japón, la mayoría de series y películas de anime son encargadas por los denominados "comités de producción", ejecutivos que contratan a los estudios de animación por un presupuesto prefijado. Si el proyecto fracasa, el estudio no asume riesgo y el comité de producción asume los costes.

Sin embargo, si el anime se convierte en un pelotazo, el comité retiene TODAS las ganancias. Si bien este modelo es beneficioso para estudios pequeños, es una losa enorme para aquellos que asumen proyectos grandes.

Los comités de producción siguen asignando presupuestos irrisorios incluso con el "boom" del anime, manteniendo a los animadores con una carga de trabajo insufrible.

Esto provoca que los animadores japoneses trabajen mucho  más que una semana laboral de 40 horas. De hecho, muchos animadores trabajan cada hora que pueden estar despiertos, los siete días de la semana, y tienen poco tiempo para cualquier otra cosa en sus vidas.

Urgen leyes que regulen el trabajo en la industria del anime

A pesar de que el consumo mundial de anime ha aumentado sólo en los últimos dos años, los salarios del anime se han estancado, pues lamentablemente la legislación japonesa no está cambiando permitiendo que dichos comités de producción sigan explotando a los trabajadores.

La realidad es que hasta ahora los comités de producción han mantenido obstinadamente los presupuestos para las producciones de anime muy bajos, incluso cuando aumentan las ganancias en todo el mundo, incluso, ante la alta demanda han recurrido a la contratación de empleados más jóvenes dispuestos a trabajar por un bajo sueldo.

El gobierno japonés no ha hecho nada para hacer cumplir las leyes laborales y dice que solo puede promulgar cambios si hay suficientes quejas. Tal parece que no ha habido suficientes quejas.

Una luz en el camino 

No obstante, no todos los estudios defienden el viejo modelo, pues existen ejemplos como el de Kyoto Animation que ha comenzado a pagar a sus empleados como trabajadores por contrato y no como autónomos.

Por su parte, el tío Netflix está financiando un programa de capacitación en animación en WIT Studios, en el que otorga una beca de 8,400 dólares por seis meses para nuevas contrataciones.

Al parecer todo quedará en manos de las nuevas generaciones que tendrán que dejar claro si están dispuestas a continuar con la tradición de trabajar mucho por un sueldo bajo o impulsarán un cambio definitivo.

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