Famosa por su intenso color amarillo y por su tradicional uso en las ofrendas de Día de Muertos, la flor de cempasúchil envuelve varias leyendas y es en estas fechas cuando este mito renace y nos recuerda cómo pensaban nuestros antepasados; así como la visión que tenían sobre la vida y la muerte.
La flor de cempasúchil es un ícono de México, la podemos ver tanto en calles como en casas para recordarnos que falta poco para el Día de Muertos Y aunque tiene un nombre científico, e incluso es utilizada para producir colores textiles, insecticidas, además de su uso medicinal; la leyenda desconocida del cempasúchil explica su verdadero origen.
La leyenda del cempasúchil cuenta la historia de dos jóvenes aztecas de nombres Xóchitl y Huitzilin que estaban enamorados profundamente.
Los enamorados pasaban sus tardes entre juegos en los campos de su pueblo, así como en frecuentes escaladas al cerro para dar ofrendas a Tonatiuh, el dios del sol, ante quien se juraban amor eterno en varias ocasiones.
La leyenda de la flor de cempasúchil, el dios sol y dos enamorados
En respuesta al amor que los jóvenes, la deidad los favoreció, los bendijo, les dio más amor mutuo, los procuró para que tuvieran las menores dificultades; sin embargo, el universo es más complejo y el dios no pudo evitar lo que ya estaba escrito.
Según cuenta la leyenda de la flor de cempasúchil, una guerra se desató y todos los jóvenes en condición de combatir fueron requeridos para la batalla; el muchacho Huitzilin fue uno de ellos. Y tuvo que marchar a la guerra donde murió.
La leyenda de la flor de cempasúchil y el colibrí
Sin embargo, el encuentro no ocurrió. Xóchitl fue informada de que su amado Huitizilin, su compañero de juegos infantiles y de quien estaba perdidamente enamorada; había muerto en la batalla.
Xóchitl se derrumbó, subió a la montaña para rogarle al dios del Sol que le regresara a su amado o que le permitiera reunirse con él de otra forma.
Conmovido por llanto, el dios del sol Tonatiuh, le concedió reunirse con su novio pero no en la forma humana, así que lanzó un rayo dorado sobre ella, convirtiéndola en un botón provisto de un tallo largo.
Después de un tiempo, un hermoso colibrí se acercó para extraer el néctar de la planta abriéndose ésta de inmediato y transformándose en una hermosa flor amarilla multipétalos.
La leyenda de la flor de Cempasúchil, el puente entre el Mictlán y el mundo terrenal
De esta forma el dios sol perpetuó el amor de Xóchitl y Huitzilin, surgiendo así la leyenda de la flor de cempasúchil. Xochitl ahora está en todas las flores de cempasúchil y Huitzilin en todos los colibríes.
Por eso nuestros antepasados asimilaban el color amarillo de la flor de cempasúchil con el sol, y la usaban en las ofrendas dedicadas en honor a los muertos; a fin de marcar con ellas un sendero de pétalos para guiar a las almas hasta los altares.
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