Entre los estrenos que Netflix nos tenía preparados para esta temporada de Halloween se encontraba la serie ‘The Watcher’ (El vigilante), la cual relata una turbia historia de una familia que cree haber encontrado la casa de sus sueños; sin embargo, su estancia en ella se convierte en todo un infierno.
Para crear esta mini serie que te pondrá la piel de gallina, Ryan Murphy, la mente detrás de Monstruo: La Historia de Jeffrey Dahmer, se basó en una historia real que efectivamente le ocurrió a la familia que se mudó en 2014, a la mansión ubicada en el 657 Boulevard de Westfield, en Nueva Jersey.
La hermosa casa estilo holandesa que protagoniza la exitosa y macabra historia de Netflix fue construida en 1905 y contaba con seis dormitorios y cuatro baños, abarcando un total de 1.180 metros cuadrados.
Dicha mansión era el sueño dorado de cualquier matrimonio con hijos y, los afortunados dueños, Maria y Dereck Broaddus, la habían adquirido pensando que sería un hogar seguro para toda la familia, la casa tuvo un costo de 1.355.657 dólares.
No obstante, la realidad fue muy distinta. Un misterioso acosador comenzó a enviarles cartas amenazantes que pronto pusieron a la familia en alerta. La policía e investigadores privados contratados por el matrimonio investigaron a los vecinos, a las personas que habían intentado comprar la casa, rastreó a antiguos dueños e incluso investigó al matrimonio, pero nunca lograron dar con la persona que había enviado esas cartas.
Si ya viste la serie es probable que no te haya quedado claro el final de la misma, pues la búsqueda de El Vigilante se vuelve un poco enredada, pues al menos surgen tres sospechosos en el último capítulo. Por esta razón, en Heraldo Binario te explicamos de qué va el capítulo final.
Durante el último episodio se intenta resolver a toda costa el misterio de quién es El Vigilante que acosa a la familia que vive en el 657 del Boulevard de Westfield. Al principio del capítulo es la misma Theodora, la detective privada que contrata Dean, quien en su lecho de muerte por causa del cáncer, le confiesa al matrimonio que ella fue la última dueña de la casa y, tras la muerte de su marido y del diagnóstico de su enfermedad tuvo que vender la casa para costear su tratamiento. Sin embargo, después recibió el dinero de un seguro de su esposo por lo que había intentado asustarlos para recuperar la casa.
La supuesta Vigilante muere y se revela que toda su historia había sido un engaño. Por lo que la mira apunta hacia Karen, la ex amiga de Nora y agente inmobiliaria que intentaba a toda costa quedarse con la casa; sin embargo, este personaje es ficticio.
En el relato de Netflix, Karen termina comprando la casa, pero no logra pasar ni una sola noche en paz, pues El Vigilante comienza a acosarla con una carta de bienvenida e incluso asesina a su perro, lo que provoca que Karen salga de la mansión corriendo despavorida.
La serie termina con una nueva familia mudándose a la casa y Dean convertido en un acosador, pues está verdaderamente obsesionado con la casa y todo lo que les ocurrió mientras vivieron en ella.
¿Qué pasó con la casa de El Vigilante?
La casa de la serie se vendió en julio de 2019, por la cantidad de 959 mil millones de dólares, lo cual significó una pérdida de 400 mil dólares al matrimonio Broaddus.
Cuando los nuevos dueños se mudaron a la casa, los Broaddus les hicieron llegar una nota que decía: "Les deseamos nada más que la paz y la tranquilidad que una vez soñamos en esta casa", acompañada de una foto de la carta de El Vigilante, en caso que alguna vez recibieran alguna. Al día de la fecha no ha llegado ninguna carta.
En la vida real, los Broaddus se mudaron a una casa más pequeña en el área de Westfield e intentan seguir adelante con sus vidas, después de sufrir esta experiencia tan traumática. Finalmente, tal y como lo retrata la serie, El Vigilante nunca pudo ser identificado.
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