Contar con un empleo estable en estos días es algo muy importante para la mayoría de la gente, mucho más si tienen que mantener a su familia o contribuir con los ingresos de su hogar. Sin embargo, existen situaciones que orillan a las personas a querer renunciar a sus empleos por circunstancias mayores: ya sea por que no se encuentran contentos con sus labores, sufren de algún tipo de acoso por parte de sus jefes o compañeros, ya no reciben los beneficios que buscan, no tienen el reconocimiento por parte de sus superiores, porque vulneraron algún derecho laboral o simplemente se sienten explotados en cuanto a sus actividades y salario.
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Con alguno de estos problemas encima, es totalmente comprensible que cualquier persona haya pensado en renunciar a su puesto de empleo, sin embargo es poco recomendable irse de un trabajo sin tener otro. Si te encuentras en esta situación, te vamos a dar siete consejos de finanzas personales que puedes aplicar antes de tu renuncia.
1. Utiliza la vía del diálogo. Aunque sabemos que no en todas las situaciones es posible, si en verdad eres un buen elemento para la institución de trabajo primero intenta acercarte a tu área de recursos humanos o con el superior jerárquico del área (director, gerente, coordinador) y coméntale la situación que te aqueja, probablemente puedan llegar a un acuerdo que te permita no abandonar tu puesto de trabajo, ya sea algún cambio de área nuevas funciones o la asignación de otro jefe inmediato. Explora esta primera posibilidad antes de seguir con las demás.
¡Ojo!, tú mejor que nadie conoces qué tan comprensiva es tu institución en cuanto a este tipo de temas, si de verdad sientes que la decisión no se puede resolver por la vía del diálogo entonces evita hablarlo antes de tomar la decisión de abandonar tu trabajo, pues de otra forma solo los pondrás sobre aviso.
2. Arma un ahorro de emergencia. Renunciar por renunciar la mayoría de las veces significa que pasarás al menos un par de meses buscando empleo, por ello toma la decisión y planéalo con antelación. Aquí lo más importante es que vayas ahorrando un porcentaje de tu salario que al momento de tu renuncia te permita llevar un estilo de vida como lo llevas actualmente durante al menos tres meses con tus gastos más comunes, es decir los desembolsos mensuales como la renta, comida, transporte, gasolina, luz, agua, internet y gas.
3. Comienza por afinar y actualizar tu CV. En la mayoría de los casos, encontrar un nuevo trabajo depende de la presentación e impacto que tenga tu currículum, ya que entre más llamativo sea para los reclutadores, mejores oportunidades tendrás de colocarte en el campo laboral en un corto periodo de tiempo. Comienza por incluir los logros relevantes que hayas obtenido en tus empleos anteriores, también revisa la ortografía, la redacción y que no sea exageradamente extenso, entre una a dos cuartillas de extensión es la opción más recomendable.
4. Contrata un microseguro, considera las Insurtech. El tema de la salud es algo que nunca debes dejar de lado, y como ya lo mencionamos, en algunos casos si renuncias podrías pasar varios meses sin encontrar un nuevo empleo lo que conlleva a que pierdas la posibilidad de utilizar los servicios del seguro social. Es por eso que te recomendamos antes de renunciar contratar al menos un microseguro o un seguro de salud, que te cubra como mínimo el acceso a consultas médicas con doctores generales y especialistas además de los estudios básicos de los laboratorios.
Las empresas insurtech son una excelente opción, ya que te permiten contratar un seguro de este tipo a bajo costo y en cuestión de minutos, te aseguramos que hay opciones que no se llevan ni la tercera parte de tu quincena y que además puedes pagar a cómodas mensualidades. En la página de la Asociación Insurtech México (AIM) puedes encontrar la lista de sus aseguradoras afiliadas, échales un ojo, tal vez alguna se adapte a tus bolsillos.
5. Paga tus deudas con anticipación. Si en ocasiones a una persona se le complica hacerse cargo de sus deudas al tener un empleo estable y recibir su quincena de manera puntual, al renunciar sin haber conseguido otro trabajo, se le puede complicar aún más.
Nuestro quinto consejo es que antes de abandonar tu actual empleo consideres liquidar por lo menos la mayor parte de tus deudas, toma en cuenta que si caes en incumplimiento de pagos, en automático tendrás una mala calificación en tu historial crediticio y esto te dificultará el acceso a nuevos productos y servicios financieros en el futuro. Si en verdad no puede seguir con el pago de dichas deudas, tienes otras opciones: acércate con tu banco o institución financiera y explícale la mala situación por la que atraviesas, puedes pedirle que te armen un plan de pagos fijos (pero congelarán tu cuenta) o en el peor de los casos una quita bancaria, la cual consiste en pagar solamente un porcentaje del total de la deuda para saldarla por completo. Sin embargo, aunque puede parecer una buena alternativa, considerala como última opción, pues tu historial crediticio se verá afectado porque significa un quebranto para la institución financiera.
6. Haz uso de tu red de contactos y amigos de la universidad. Antes de renunciar puedes hablarlo con tus amigos más cercanos, aparte de obtener un consejo de su parte, tal vez conozcan de alguna vacante en su empresa y puedan recomendarte con su área de recursos humanos como un candidato viable o si tienen la posibilidad de recomendarte con algún otro amigo, no dudes en pedirles ese favor, si saben que eres una persona eficaz y eficiente, seguramente no tendrán problema en hacerlo.
Por otro lado comienza a nutrir tu LinkedIn con contactos del medio donde te desenvuelves, en muchas ocasiones ellos mismo suben vacantes que van orientadas al sector de empleo que buscas.
7. Nunca renuncies sin tener otro ingreso. Por último pero no menos importante y aunque parezca muy obvio, nunca renuncies a tu trabajo sin tener al menos un ingreso extra. Ya ni siquiera hablamos de un nuevo empleo, pero aunque sea algo pequeño que te permita cubrir tus necesidades básicas, por ejemplo: puedes poner en renta alguna habitación que no ocupes en tu casa o departamento, vender algún producto por internet en tus tiempos libres u hornear o preparar postres los fines de semana para su venta.
Recuerda que nunca está de más tener un segundo ingreso que te permita afrontar la decisión de la renuncia con mayor seguridad. Renunciar a tu actual empleo es algo que suele dar un poco de miedo y debes pensar con mucho detenimiento y hacerlo con la cabeza fría, sabemos que a veces suele pasar de un momento a otro, pero en la medida de lo posible aplica los consejos financieros que aquí te damos para darle a tu bolsillo un respiro mientras consigues un nuevo empleo.