La situación económica ya era precaria para muchas familias mexicanas, pero en tiempos de pandemia la crisis económica recrudeció, lo que provocó que más padres y madres de familia perdieran sus empleos y con ellos la única forma de llevar el sustento a sus hogares.
Por esta razón, muchos mexicanos se vieron en la necesidad de lanzarse al ambulantaje con la esperanza de llevar el pan a sus casas, especialmente en las fiestas decembrinas, donde es tradición que las familias se reúnan para compartir una cena especial.
Seguramente esa era la intención de un vendedor de algodones de azúcar que se encontraba en la calle ofreciendo sus productos en la noche del 23 de diciembre; sin embargo, no parecía ser un muy buen día de venta y por la desesperación, el vendedor terminó arrojando su mercancía al piso. El momento fue captado en un video que rápidamente se viralizó en redes.
¿Qué sucedió esa noche?
En el video que se compartió en Facebook se observa a un vendedor ambulante parado a lado de varios algodones de azúcar que están tirados en una avenida, a continuación, el hombre recoge algunos de los algodones y cruza la calle.
Pero, ¿por qué estaban los algodones en el piso? De acuerdo con la usuaria de Facebook, Erika Sosa, ella y otras personas se cruzaron con el vendedor de algodones cuando entraban a un Seven. El hombre les ofreció sus algodones, pero ninguno quiso comprarlos, por lo que el vendedor tuvo un arranque de desesperación y frustrado arrojó el palo de algodones al piso, luego brincó sobre ellos, aplastándolos.
Según la joven, el hombre se recargó en la pared por unos segundos, luego se incorporó y recogió algunos de los algodones que habían quedado intactos y se cruzó de nuevo la avenida.
Tras lo ocurrido, algunas personas, entre ellas la joven que compartió el video, le compraron los del piso, fue entonces que el vendedor confesó que estaba muy desesperado pues no había vendido nada ese día.
El mensaje de altruismo
Erika Sosa compartió este mensaje con la esperanza de hacer recapacitar a los demás acerca de la importancia de ayudar a los vendedores ambulantes con una compra mínima. “A veces no sabemos lo mucho que ayudamos al comprar un algodón de azúcar”, se lee en el posteo.
“Me quede pensando en lo que pudo sentir, de que no llevaría comida a casa o no tendría para un regalo para sus hijos al día siguiente o medicamentos o que sé yo. Compremos y ayudemos a los que más necesitan, son personas que trabajan, no que piden dinero sin hacer nada”, concluyó la internauta.
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