En México, la discusión en torno a la jornada laboral y las condiciones en que se desempeñan millones de trabajadores sigue vigente. A pesar de diversos avances en materia de seguridad social y derechos laborales, sectores importantes de trabajadores continúan demandando reformas que garanticen entornos más justos, equitativos y saludables. Dentro de este panorama, se ha intensificado el debate sobre la necesidad de adaptar la legislación a realidades específicas en las empresas.
La búsqueda de mejores condiciones laborales impulsa diversas iniciativas legislativas en los últimos años, enfocadas en reducir las jornada laboral, incrementar los días de descanso y ampliar la cobertura en salud. Estas propuestas buscan responder a necesidades estructurales que afectan directamente el bienestar y la productividad de la población trabajadora. En este contexto, el Congreso de la Unión ha comenzado a analizar nuevos planteamientos que abordan temas tradicionalmente ignorados en el ámbito laboral.
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Proponen que estas personas tengan permiso de trabajo de hasta 3 días cada mes
Una de las iniciativas más recientes panda empresas y trabajadores fue presentada por diputadas y diputados del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano, quienes propusieron modificar la Ley Federal del Trabajo y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado para establecer un derecho laboral específico para personas menstruantes: la posibilidad de tomar hasta tres días de descanso adicionales al mes en caso de presentar malestares físicos o emocionales asociados al ciclo menstrual. Esta medida se aplicaría sin afectación al salario y con la debida justificación médica.
La propuesta para ,osificarse la jornada laboral parte del reconocimiento de que la menstruación es un proceso biológico recurrente que puede provocar afecciones de diversa intensidad, como dolor abdominal severo, fatiga, náuseas o alteraciones emocionales. En los casos más graves, estos síntomas impiden a las personas realizar sus actividades cotidianas con normalidad, afectando su desempeño en espacios laborales. Condiciones como la dismenorrea o el síndrome premenstrual son ejemplos de padecimientos que requieren atención y, en algunos casos, reposo.
De acuerdo con datos oficiales y estudios recientes, alrededor del 31 por ciento de la población mexicana —equivalente a unos 40 millones de personas— puede considerarse menstruante. Esto incluye a mujeres, adolescentes y otras personas con capacidad menstrual en un rango de edad de entre 12 y 70 años. A pesar de esta cifra significativa, la legislación laboral actual no contempla medidas específicas para atender esta realidad en el entorno de trabajo.
Además del impacto físico, se señala que el desconocimiento o desinterés institucional hacia la salud menstrual ha derivado en omisiones dentro de programas sanitarios públicos, así como en prácticas discriminatorias en centros laborales. La iniciativa legislativa busca corregir este rezago y brindar un marco jurídico que reconozca de manera explícita la dignidad y derechos de las personas menstruantes en el ámbito laboral.
Aunque la discusión apenas comienza, la propuesta ha abierto un nuevo frente en la agenda legislativa nacional, al colocar en el centro del debate temas de salud, género y derechos humanos. Su aprobación podría marcar un precedente para futuras reformas laborales orientadas a atender necesidades específicas y garantizar condiciones más humanas en los centros de trabajo.
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