Jeremy O’Sullivan y junto con su pareja Melissa Nelson, hackers que inventaron el dispositivo y startup Kytch, el cual reparaba maquinas de helados de Sundae y McFlurry, demandaron a McDonald’s.
La cadena de restaurantes de comida rápida difundió correos electrónicos indicando que los dispositivos de Kytch violaban las garantías de las máquinas de helados para interceptar información personal, representaban un riesgo a la seguridad y que incluso podían provocar “lesiones humanas graves”.
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Ante la campaña de McDonal’s, Kytch describió todas estas alegaciones como falsas y difamatorias en una demanda, en la cual pide 900 millones de dólares.
La obsolescencia programada de las maquinas de helados, el otro negocio de McDonal’s
Hay que poner en contexto que la empresa Taylor, fabricante de equipo para la industria alimenticia, también vende las máquinas para hacer McFlurrys por un precio de 18,000 dólares. Pero, su modelo de negocio consiste en mantener la información de su uso interno en secreto, según O’Sullivan.
Eso no es todo, Taylor mantiene una serie de distribuidores que cobran a las franquicias de comida rápida para ‘resolver’ estos problemas de mantenimiento, con técnicos que resuelven los defectos de los equipos.
Entonces, su negocio consiste en vender a grandes franquicias, como McDonal’s, maquinas que son complicadas de usar y delicadas, lo que dificulta que sus clientes puedan repararlas por sí mismos, por lo que les cobrar un porcentaje a los distribuidores autorizados para reparar las resolver los problemas.
Tras haberse dado cuenta del negocio de reparación de Tylor, al hacer obsoletas las maquinas de manera deliberada, O’Sullivan y Nelson inventaron un dispositivo llamado Kytch.
El Kytch se instala dentro de la máquina de helados Taylor, se conecta al wifi e intercepta las comunicaciones internas de la máquina de helados, para dirigirla a una interfaz web o dispositivo móvil para ayudar a los propietarios a monitorear y solucionar de manera remota las ‘fallas’ del aparato.
En el momento en que Kytch se hizo más popular, McDonald's emprendió la campaña en contra de la startup.
Ahora bien, Kytch describió la campaña de McDonald’s como declaraciones falsas y difamatorias, y además la de haber construido una nueva máquina, en conjunto con Taylor, que hace las mismas funciones que el dispositivo Kytch.
“Asustaron a nuestros clientes, y arruinaron nuestro negocio por completo”, dijo en una entrevista a Wired, Melissa Nelson.
Por ese motivo, la startup comenzó una demanda que lleva poco más de un año. O’Sullivan y Nelson dijeron que los 900 millones de dólares que piden representan las ganancias que la compañía pudo haber logrado, de no haber sido saboteada por McDonald’s.
Cabe resaltar que la demanda integra un informe de casi 800 páginas donde se muestra que fue McDonalds, no Taylor, quien mandó los correos. Incluso, la compañía de comida rápida comunicó a la prensa que los dispositivos Kytch presentaban una amenaza a la seguridad de la franquicia, según The Wired.
“Sabíamos que íbamos a llegar a este punto y sabemos que llegaremos a la verdad. Únicamente hay que seguir escarbando”, comentó O'Sullivan a The Wire.
Pero, Kytch afirma que esto es falso, ya que sus dispositivos están certificados bajo las normas de seguridad de Underwriter’s, de Intertek. También, el mismo informe cuenta con los correos electrónicos que McDonald’s difundió, promocionando la nueva máquina de helados que estaban vendiendo, a la par que acusaban a Kytch.
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