La aparición de un misterioso objeto interestelar reavivó el debate sobre si podría haber tecnología extraterrestre oculta en nuestro sistema solar. La NASA detectó el objeto, bautizado como 3I/ATLAS, el 1 de julio, lo que desencadenó una oleada de análisis científicos para determinar su origen.
Hasta ahora, más de 200 investigadores concluyeron que probablemente se trate de un cometa, sin embargo, el físico de Harvard Avi Loeb ha planteado dudas en un artículo recientemente publicado, señalando una omisión que han dejado pasar los expertos: el 3I/ATLAS no tiene cola visible.
"Se decía que tiene una cola, pero dado que 3I/ATLAS está acelerando y su tamaño actual no es mucho mayor que la resolución angular de los telescopios terrestres, no es fácil evitar una elongación ficticia de la imagen como resultado del movimiento del objeto", detalló el físico de Harvard, Avi Loeb.
¿Qué es realmente el 3I/ATLAS?
El físico de Harvard también cuestionó la inusual ausencia de emisiones de gas del objeto y su precisa trayectoria retrógrada que se alinea con el sistema solar interior.
Loeb ha desarrollado lo que él llama la "Escala de Loeb", un sistema de clasificación para evaluar la probabilidad de que un objeto sea artificial, y le otorgó a 3I/ATLAS un seis sobre diez. Esto sugiere que es más probable que sea obra de ingeniería, aunque enfatizó que esta puntuación podría cambiar a medida que se disponga de más datos.
Entre sus teorías más radicales, Loeb sugirió que 3I/ATLAS podría ser una nave nodriza extraterrestre que libera pequeñas sondas para interceptar la Tierra.
"Uno de los escenarios sería que una nave nodriza que libere minisondas que realicen una maniobra inversa de Oberth para reducir la velocidad en el perihelio e interceptar la Tierra", escribió Loeb.
Este tipo de maniobra aprovecha la atracción gravitatoria del Sol en el punto de máxima aproximación del objeto para ajustar la trayectoria eficientemente, lo que permite que las sondas lleguen a nuestro planeta sin grandes cantidades de combustible. De acuerdo con Loeb, estas hipotéticas sondas podrían llegar entre el 21 de noviembre y el 5 de diciembre de 2025, basándose en la posición prevista de 3I/ATLAS detrás del Sol en octubre, una ventana ideal para una aproximación encubierta.
"Podría venir a salvarnos o a destruirnos. Más vale que estemos preparados para ambas opciones y comprobemos si todos los objetos interestelares son rocas", explicó Loeb.
Otros científicos descartan la teoría de Avi Loeb
Chris Lintott, astrónomo de la Universidad de Oxford, descartó la teoría de Loeb calificándola como "una tontería sin fundamento" y como "un insulto al apasionante trabajo que se está realizando para comprender este objeto". Sin embargo, Loeb afirmó que su análisis se basa en datos observacionales.
Su último artículo, basado en lecturas de telescopios terrestres entre el 2 y el 29 de julio, reveló colores rojizos en 3I/ATLAS, generalmente interpretados como polvo superficial o compuestos orgánicos. Señaló que los datos espectroscópicos de este y tres estudios previos no muestran indicios de gas atómico o molecular en una coma, una característica típicamente esperada en los cometas.
Loeb ha escrito cuatro artículos científicos sobre 3I/ATLAS y recientemente propuso el uso de la sonda espacial Juno de la NASA para interceptar el objeto cerca de Júpiter en 2026, calificándolo de una oportunidad única para la "arqueología interestelar".
El físico de Harvard también ha expresado en más de una ocasión su interés de que los gobiernos del mundo formen grupos de trabajo que incluyan a científicos, legisladores y psicólogos para determinar cómo responder y cómo comunicar la noticia al público sin generar pánico en caso de que el 3I/ATLAS se trate de un objeto interestelar de origen no natural extraterrestre.
"Si 3I/ATLAS es más que una simple roca, la Tierra está lamentablemente desprevenida. El visitante ya está en nuestro patio trasero", advirtió Loeb.
Así es el 3I/ATLAS
A casi 97 kilómetros por segundo con respecto a la Tierra, el 3I/ATLAS se mueve demasiado rápido para que cualquiera de los cohetes actuales pueda alcanzarlo.
Si la hipótesis de que 3I/ATLAS es un artefacto tecnológico resulta correcta, existen dos posibles implicaciones: o sus intenciones son completamente benignas, o son malignas, de acuerdo con Loeb.
"En el primer caso, la humanidad solo necesita esperar y recibir con los brazos abiertos a este mensajero interestelar. Es el segundo escenario el que causa gran preocupación", detalló Avi Loeb.
Con información de DailyMail.com
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