El objeto interestelar 3I/ATLAS que sigue desconcertando a los científicos acaba de confirmar una de las teorías de Albert Einstein, más de un siglo después de haberla propuesto.
Los escaneos del 3I/ATLAS en su punto más cercano al Sol han revelado que la gravedad de nuestra estrella curvó la luz proveniente del misterioso objeto, tal como Einstein predijo en 1915 en su teoría de la relatividad general.
Este efecto, conocido como lente gravitacional, fue causado por un ligero desplazamiento en la posición aparente del objeto en el cielo, que los científicos habían predicho el mes pasado en aproximadamente 0.27 segundos de arco: un desplazamiento extraordinariamente pequeño que solo puede observarse con potentes telescopios.
Sin embargo, 3I/ATLAS mostró un desplazamiento aún mayor del que los científicos habían imaginado, desviándose cuatro segundos de arco de su trayectoria prevista cerca del Sol.
Un segundo de arco equivale a 1/3600 de grado, o lo que sería lo mismo; ver una moneda de diez centavos a 4 kilómetros de distancia.
Si bien el objeto misterioso 3I/ATLAS, que muchos científicos han descartado como cometa, podría haber demostrado la teoría de Einstein sobre la curvatura de la luz por la gravedad, su nueva e inexplicable ubicación en el cielo refuerza la posibilidad de que no sea una roca espacial común.
¿Cuál es el origen del 3I/ATLAS?
El físico de Harvard, Avi Loeb, reveló que el supuesto cometa habría necesitado liberar una enorme cantidad de su masa en forma de un potente chorro de gas para impulsar a 3I/ATLAS hasta su ubicación actual en nuestro sistema solar.
Si realmente se trata de un cometa, habría dejado tras de sí una enorme nube de gas y polvo; pero si no fue así, entonces las afirmaciones de que 3I/ATLAS es una nave espacial artificial estarán un paso más cerca de confirmarse.
Avi Loeb explicó que, para que los científicos tuvieran razón al afirmar que 3I/ATLAS es un cometa, el Sol habría tenido que derretir aproximadamente el 15 por ciento de su masa.
Eso equivale a unos cinco mil millones de toneladas de gas expulsadas del 3I/ATLAS al alcanzar el perihelio, su punto más cercano al Sol, el 29 de octubre.
La nube de polvo que habría creado esta expulsión sería visible con telescopios cuando el objeto se acercara a su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre. Sin embargo, en caso de que no se llegue a observar ninguna nube gigante de polvo, Loeb cree que esta podría ser la décima pista de que el 3I/ATLAS fue construido por extraterrestres y enviado a este sistema solar con un propósito desconocido.
¿Qué tiene de inusual el 3I/ATLAS que genera dudas sobre su origen alienígena?
La última pista de que hay algo inusual en el visitante interestelar surgió cuando el objeto alcanzó su perihelio con el Sol y, repentinamente, se alejó y cambió de color.
"Las observaciones de 3I/ATLAS cerca del perihelio realizadas por los observatorios solares STEREO, SOHO y GOES-19 revelaron un brillo sin precedentes y un color más azul que el del Sol", como detalló Avi Loeb en un artículo publicado en el blog Medium.
Este descubrimiento fue increíblemente extraño porque los cometas se vuelven rojos cuando sus superficies frías absorben la luz azul y reflejan principalmente tonalidad roja. Asimismo, la "aceleración no gravitacional" que experimentó 3I/ATLAS no pudo explicarse por la gravedad, por lo que algo más parecía estar acelerándolo y desviándolo de su trayectoria prevista, lo que podría ser una señal de que el objeto tiene su propio motor.
Señales de que el podría ser creación de una inteligencia extraterrestre
Loeb también analizó las probabilidades de las demás pistas extrañas que rodean al visitante interestelar, incluyendo su trayectoria casi perfectamente plana, que lo lleva a muy corta distancia de tres planetas diferentes de nuestro sistema solar.
El científico explicó que la probabilidad de que un objeto natural viaje en el mismo plano espacial que la Tierra y sus planetas vecinos es de tan solo un 0.2 por ciento.
Por otro lado, la probabilidad de que un cometa natural realice sobrevuelos cercanos sobre Marte, Venus y Júpiter es de apenas 1 entre 20,000, lo que apunta a la posibilidad de que esta trayectoria haya sido guiada por una inteligencia desconocida.
Los escaneos de 3I/ATLAS también han revelado mucho más níquel y mucho menos hierro que el que los astrónomos han encontrado en todos los demás cometas anteriores.
El recubrimiento de níquel del objeto es similar a la forma en que los humanos utilizan este metal como capa protectora contra el calor extremo de los motores de cohetes en las naves espaciales terrestres.
También se observó que 3I/ATLAS proyectaba una inusual "anticola" que apuntaba al sol en lugar de seguir al objeto como un cometa normal.
El 3I/ATLAS también asombra por su gran tamaño, y es que con 33 mil millones de toneladas, es un millón de veces más grande que Oumuamua, que pasó por el sistema solar en 2017, y aproximadamente mil veces más grande que el cometa Borisov, que pasó cerca de la Tierra dos años después.
Además, el supuesto cometa también proviene de la misma dirección que la famosa '¡Wow! Signal' de 1977, una señal de radio que aún no tiene explicación y que los científicos han teorizado que podría ser una transmisión alienígena.
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