Un supervolcán que ha estado inactivo por décadas está a punto de despertar y su erupción podría ser la más catastrófica en toda la historia de Estados Unidos; se trata del Monte Saint Helens. Así lo informó la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico que desde el 1 de febrero de 2024 ha registrado un aproximado de 350 sismos en la zona en donde se ubica, en el estado de Washington.
La mayoría de los sismos registrados fueron de magnitud inferior a 1.0 y son demasiado pequeños para sentirse en la superficie. Sin embargo, de acuerdo con los investigadores, el movimiento telúrico más fuerte se situó al suroeste de Washington, a unos 31 kilómetros de Portland, en Oregon y fue de 2.0 grados. Ocurrió el 31 de mayo de 2024.
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Los investigadores temen que los constantes sismos en el área de Washington puedan provocar una erupción masiva como la ocurrida en la década de 1980 que dejó a 57 personas muertas, alterando para siempre el ecosistema de la zona. El escenario es preocupante porque desde principios de junio el número de movimientos telúricos registrados por semana son cada vez más frecuentes.
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Para muestra, por semana, a partir de junio 2024 se alcanzó un máximo de 38 sismos, la mayoría de los cuales ocurrieron a unos 4.6 kilómetros por debajo del suelo del cráter del supervolcán. E posible despertar del Monte Saint Helens ha hecho que un equipo especializado analice a detalle la zona. En sus hallazgos encontraron que el magma ha estado fluyendo a través de cámaras a gran profundidad bajo tierra.
El preocupante escenario del posible despertar del supervolcán se produce luego de un aumento de sismos en la zona de Washington desde 2023.
"Los dos últimos períodos de elevada sismicidad (en 2023 y 2024) en el Monte Saint Helens representan el mayor aumento a corto plazo en las tasas de terremotos desde que ocurrió la última erupción en 2008", de acuerdo con los científicos del Cascades Volcano Observatory.
Esta no es la primera vez que la zona en donde se encuentra el supervolcano experimenta un incremento en la actividad sísmica sin que derive en una erupción. El fenómeno ya ocurrió de 1988 a 1992, luego de 1997 a 1999, pero ninguno de estos episodios desencadenó en el despertar del Monte Saint Helens.
Los investigadores creen que la actividad sísmica es causada por la presurización del sistema de transporte de magma, que a su vez es provocada por la llegada de magma adicional, un proceso conocido como recarga. Sin embargo, los investigadores están preocupados por una inminente erupción puesto que en la década de 1980, previo a registrarse la mortal erupción se registraron pequeños y constantes sismos en la zona.
Antes de que ocurriera la mortal erupción del supervolcán en la década de 1980 se registró un sismo de 5.0 de magnitud provocando que el Monte Saint Helens perdiera su criptodomo y entrara en erupción. En aquella ocasión el volcán explotó provocando un enorme deslizamiento de la tierra con una mezcla de ceniza, fragmentos de roca y gas que al elevarse oscurecieron por completo el cielo.
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