La edad máxima que puede vivir un ser humano es una de las grandes preguntas que persiguen al hombre desde la creación, por lo que a lo largo de la historia la ciencia trata de resolverla. En la actualidad no es diferente y existen diversos postulados y teorías que podrían tener la respuesta definitiva a una de las inquietudes milenarias que acompañan a la humanidad desde sus primeros días en la tierra.
La esperanza de vida, el tiempo que un ser humano puede vivir en condiciones normales, ha sido un tema de investigación y debate durante décadas. En un mundo donde los avances médicos, tecnológicos y científicos han logrado extender la vida más allá de lo que se creía posible en el pasado, por lo que la edad máxima a la que puede aspirar un ser humano es mayor en nuestros tiempos.
Científicos advierten por la edad máxima que puede vivir el cuerpo humano
Uno de los enfoques más interesantes es el modelo propuesto por el estadístico Léo Belzile de la HEC Montreal. En un artículo publicado en la revista OpenMind, Belzile utiliza una metáfora clara para explicar su visión: la vida humana es como una carretera que todos recorremos hasta el inevitable destino de la muerte. En esta analogía, la idea de un límite para la vida humana sería como un muro que, al alcanzarlo, no podría ser superado.
Según su análisis estadístico, este “muro” estaría ubicado alrededor de los 130 años. En otras palabras, bajo las condiciones actuales y con la información disponible, es poco probable que cualquier ser humano pueda vivir más allá de esa edad. Sin embargo, Belzile advierte que su modelo solo funciona en distancias cortas, lo que significa que podría haber fenómenos biológicos o tecnológicos que en el futuro modifiquen esta previsión. Pero, hasta donde llega la ciencia hoy en día, esa sería una barrera insuperable.
Los 135 años serían la edad máxima que puede vivir el cuerpo humano y no sólo por lo que postula el matemático sino también, los límites de la esperanza de vida proviene de la investigación del científico Thimothy Pyrkov, quien estudió la sangre de personas mayores para analizar su envejecimiento. Pyrkov observó que la composición de la sangre humana cambia significativamente a lo largo de la vida, experimentando un desgaste progresivo que, eventualmente, la lleva a un punto de agotamiento.
A medida que envejecemos, no solo la sangre se ve afectada. Otros órganos del cuerpo también experimentan un proceso de desgaste. La función ocular, por ejemplo, es una de las primeras en deteriorarse en la mayoría de las personas, afectando la visión y, en algunos casos, comprometiendo la calidad de vida. Sin embargo, hay órganos, como el riñón, que en algunas personas pueden seguir funcionando correctamente incluso a edades avanzadas, como los 100 años.
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