ChatGPT, desarrollado por la empresa estadounidense OpenAI, se ha convertido en una sensación mundial gracias a su capacidad para procesar el lenguaje y generar texto. Sin embargo, en Japón, el entusiasmo se ha visto empañado por la dificultad de esta Inteligencia Artificial (IA) para adaptarse al complejo idioma y la cultura japonesa. Conoce los desafíos que enfrenta ChatGPT en Japón y cómo el país está respondiendo mediante la creación de su propia versión, específicamente diseñada para la lengua japonesa.
El idioma japonés es conocido por su complejidad. Mientras que el inglés utiliza solo 26 letras, el japonés escrito consta de dos conjuntos de 48 caracteres básicos, además de aproximadamente 2,136 caracteres kanji que se utilizan regularmente. La mayoría de estos kanjis tienen múltiples pronunciaciones, y existen alrededor de 50,000 kanji más que se utilizan de manera alterna. Esta extensión de caracteres y la complejidad de su uso hacen que el japonés sea un idioma particularmente desafiante para la inteligencia artificial.
Complejidad del lenguaje japonés: la razón de un propio GPT
Para comprender y responder en japonés, ChatGPT debe llevar a cabo un proceso de traducción, que implica la conversión de consultas japonesas al inglés, la búsqueda de respuestas en su conjunto de datos en inglés y, finalmente, la traducción de estas respuestas de vuelta al japonés. Este proceso de traducción puede llevar a respuestas poco claras, por lo que hace muy importante la creación de su propio ChatGPT en japonés.
¿Quién está desarrollando el ChatGPT japonés?
El gobierno japonés y las principales empresas tecnológicas, como NEC, Fujitsu y SoftBank, han decidido invertir importantes sumas de dinero en la creación de sistemas de inteligencia artificial basados en la misma tecnología subyacente utilizada por ChatGPT, conocida como Modelos de Lenguaje Grandes (LLMs). Sin embargo, en este caso, estos modelos se adaptarán al idioma japonés en lugar de depender de traducciones desde el inglés.
Un aspecto importante de estos proyectos es que planean ofrecer los resultados como código abierto, lo que significa que estarán disponibles para todos los usuarios. Esta decisión tiene como objetivo fomentar la colaboración y permitir que la comunidad contribuya al desarrollo.
Uno de los proyectos más destacados involucra a Fugaku, la supercomputadora más rápida del mundo, ubicada en el Centro RIKEN de Ciencias Computacionales de Kobe, Japón. Este proyecto cuenta con el respaldo del Instituto de Tecnología de Tokio, la Universidad de Tohoku y Fujitsu. El objetivo principal de este proyecto es entrenar a Fugaku para crear un procesador de lenguaje japonés competitivo.
¿Chat GPT japonés será más avanzado?
El gobierno japonés está explorando el potencial de la inteligencia generativa en campos científicos. El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) está financiando la creación de un modelo de lenguaje adaptado a las necesidades de los investigadores, capaz de ayudar a generar hipótesis científicas a partir de hallazgos previamente publicados.
Expertos creen que los modelos de lenguaje japoneses pueden alcanzar y superar la calidad del producto de Open IA. No lo consideran técnicamente insuperable, sino más bien una cuestión de asignación de recursos.