¿Sabías que aunque varios acuerdos mundiales, los cuerpos celestes no se pueden reclamar como propios por ninguna nación mundial o por alguna corporación privada se han violado estos acuerdos sin restricción? tras la carrera espacial que se dio en los alos 60 durante la Guerra Fría entre las potencias de Estados Unidos y Rusia para llegar a la luna y poder clavar su bandera en dicho satélite, mucho a pasado.
No obstante, este acuerdo no evita que alguna persona pueda reclamar la propiedad individual de la luna, de acuerdo a lo que han alegado algunas personas. Por ejemplo, está el caso de Dennis Hope, para poder apropiarse de la luna.
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Tras hacerlo fundó su empresa, Lunar Embassy, la cual se dedica a vender terrenos en la Luna, dicha empresa ha vendido a poco más de 2.5 millones de personas, cuyo trato es proporcionar 0.4 hectáreas de la luna por 37 dólares (637 pesos). Cabe señalar que Hope no pagó ni un centavo por la compra del Satélite.
Pero no ha sido la única persona que decidiera volverse “el propietario de la Luna”, ya que esta idea también la tuvo Jenaro Gajardo, un abogado chileno quien en 1954 decidió comprar la luna y respaldar este hecho ante un notario, lo más sorprendente es que Jenaro Gajardo solo pago 1 dólar para adquirir este satélite y que el motivo de su compra fue poder entrar al Club Social de Talca.
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¿Es posible reclamar la titularidad de la Luna?
Pero es importante saber que para evitar problemas mayores en 1967 se firmó el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, el cual tiene como fin la prohibición expresa de cualquier tipo de apropiación en el espacio por para de alguna nación, donde hasta el momento 110 países lo han firmado faltando 23 naciones.
Aunque algunas personas afirmen que el Tratado de Espacio Ultraterrestre solo prohíbe que las naciones reclamen la propiedad de algún cuerpo celeste, lo cierto es que legalmente ninguna autoridad de ningún país puede legitimar que una persona compre algún satélite, por tanto, puede que sí existan personas que reclamen la titularidad de la luna, pero no tiene respaldo.
Posteriormente se han seguido firmando más acuerdos para futuras misiones con diferentes fines, por ejemplo, apoyo y asistencia a astronautas, regulación de intercambio de datos científicos y la gestión de la basura espacial. Como verás, todos estos acuerdos tienen como fin evitar que alguna nación se apropie o dañe tanto a la luna como los demás cuerpos celestes.
Desde esa fecha y derivado de los avances tecnológicos y de exploración, el 31 de diciembre de 2020 se firmó un tratado nuevo donde queda protegido los sitios de aterrizaje de Apolo en la luna, para así evitar que cualquier material dañe la Luna durante las misiones Apolo.