ENIGMAS DEL CEREBRO

Las startups de chips cerebrales que compiten con Elon Musk en neurotecnología

Parece que cada vez están más cerca las empresas que fabrican estos dispositivos en iniciar los primeros ensayos en humanos de su tecnología de interfaz cerebro-computadora

Tecnología BCI.Existen barias empresas que fabrican estos dispositivos.Créditos: Pixabay
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Tras los avances en neuroimagen, computación e inteligencia artificial, en los últimos años se ha visto un gran desarrollo en las Interfaces Cerebro-Máquina, ICM, también conocidas como Brain Computer Interfaces (BCI, por sus siglas en inglés). Varias empresas que fabrican estos dispositivos compiten ahora por ser el Apple o el Microsoft de la neurotecnología. Tratando de ganar terreno de Neuralink, la apuesta de Elon Musk en el sector.

Estas conexiones constituyen una tecnología que obtiene información del sistema nervioso y lo procesan e interpretan en un ordenador. Ejemplos como Neuralink, Kernel y Neuroelectrics son una prueba del salto que está dando este tipo de tecnología al mercado.

En cualquier caso, hubo que esperar casi cien años, hasta 1970, para que se iniciar aun investigación formal con los primeros dispositivos BCI. Esta investigación tuvo lugar en la Universidad de California, Los Ángeles (la UCLA).

Esta tecnología se basa en la adquisición de información neuronal para su procesamiento e interpretación a través de un ordenador. Aunque la mayor parte de avances al respecto se han aplicado en el sector médico y de la salud, según los expertos, la tecnología BCI está llamada a revolucionar la industria del ocio, y también la de nuestra cotidianidad, tan vinculada, por ejemplo, a los smartphones y las computadoras.

Neuralink, la prioridad de Elon Musk

Desde 2016, la empresa de Elon Musk, Neuralink trabaja en una interfaz cerebro-máquina implantada, que busca conectar la mente humana a través de Internet. Todo con la intención de ayudar a las personas con lesiones cerebrales a corto plazo y reducir el riesgo de IA para la humanidad a largo plazo.

Sin embargo, la competencia se hizo presente a través de la compañía Synchron, un desarrollador de implantes de microprocesadores cerebrales. Empresa que obtuvo primero el permiso de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para iniciar test de su producto en seres humanos.

Hasta el momento, la firma de Elon Musk solo ha podido experimentar con animales; en específico un mono macaco que pudo controlar el cursor en un videojuego de Ping-Pong. En ese sentido, Neuralink comenzó en 2019 los trámites para recibir la aprobación de la FDA y poder utilizar su innovación en personas en 2020.

Implante que lee la menta

La empresa Blackrock Neurotech, quien también compite en este sector, a principios de año anunció sus planes de comercializar una plataforma BCI. Esta es la brain-computer interface, interfaz entre cerebro y ordenador.

De acuerdo con la firma se trata de un sistema capaz de generar texto a partir de los pensamientos de una persona, efectivamente ‘leyendo’ la mente.

El objetivo es facilitarles la comunicación a personas con dificultades para hablar o escribir por una reducción de movilidad. Por ejemplo, en casos de parálisis o daños en la médula espinal.

El presidente de la tecnológica, Florian Solzbacher, dijo en entrevista para NewScientist, que esta plataforma BCI consiste en un implante; son dispositivos electrónicos miniaturizados, software y un decodificador.

De hecho, cuando el paciente se imagina escribiendo las palabras, los electrodos ‘leen’ los patrones eléctricos en las neuronas. Y envían esas señales al decodificador capaz de transformarlas en texto comunicable.

Aunque no es la primera tecnología de esta clase, sí ha superado las experiencias previas en aspectos como la velocidad entre el pensamiento y el texto; o en la precisión. Concretamente, los decodificadores permiten velocidades de hasta 90 caracteres por minuto; con 94% de correspondencia entre el pensamiento y el texto. Y hasta 99% de correspondencia con autocorrección posterior.

Disponible para investigación

Una buena parte de esta tecnología, como es el caso de los algoritmos decodificadores, fue desarrollada en colaboración con la Universidad de Stanford; en la cual también se llevaron a cabo los distintos ensayos clínicos.

Los resultados arrojaron que la plataforma logra una importante mejora en la función comunicativa de las personas con afecciones para las que está pensado el implante.

En este sentido, Solzbacher explicó que su meta es, eventualmente, proporcionar a estas personas unas capacidades comunicativas comparables a las de una persona sana.

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