El tener pesadillas no solo puede ser una mala experiencia que deteriore el nuestro sueño, sino que también pueden ser un síntoma temprano de la enfermedad de Parkinson en adultos, según indican científicos de la Universidad de Birmingham en un documento publicado en eClinicalMedicine.
Los investigadores sugieren que los malos sueños y las pesadillas relacionados con el Parkinson comienzan unos años antes de que comenzar los temblores, rigidez y lentitud de movimiento se hagan presentes.
"Aunque puede ser realmente beneficioso diagnosticar la enfermedad de Parkinson temprano, hay muy pocos indicadores y muchos de estos requieren costosas pruebas hospitalarias o son muy comunes e inespecíficos, como la diabetes – explica Abidemi Otaiku, líder del estudio, en un comunicado.
Señalo que, si bien se debe de llevar a cabo más investigaciones en esta área, identificar que las personas que experimentan cambios en sus sueños durante el envejecimiento, sin ningún desencadenante obvio, deben buscar atención médica.
El estudio utilizó datos de 3818 hombres, de 67 años o más. Ninguno de los participantes tenía Parkinson al comienzo de la investigación y se les preguntó sobre su calidad del sueño. Los voluntarios que reportaron pesadillas al menos una vez por semana fueron seguidos para que, al final del estudio, se analizara si tenían más probabilidades de ser diagnosticados con la enfermedad de Parkinson. Durante siete años, se diagnosticaron 91 casos, la mayoría dentro de los primeros cinco años de la investigación.
El diagnóstico temprano es uno de los grandes retos de la medicina para afrontar esta enfermedad: en la mayoría de los casos, cuando es detectada las personas han perdido entre el 60 y el 80% de las neuronas liberadoras de dopamina en parte de su tronco cerebral
Los resultados sugieren que es probable que los adultos mayores que algún día serán diagnosticados con Parkinson comiencen a experimentar pesadillas unos años antes de desarrollar los rasgos característicos de la enfermedad.
El trabajo publicado también muestra que nuestros sueños pueden revelar información importante sobre la estructura y función de nuestro cerebro y pueden resultar un objetivo importante para la investigación en neurociencia.
El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común y el trastorno neurológico de más rápido crecimiento en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este padecimiento se considera crónico y progresivo, con una duración que puede abarcar décadas, a menudo conduce a una discapacidad significativa para las personas afectadas y tiene un impacto negativo en la calidad de vida.
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