La Humanidad quiere evolucionar y convertirse en una especie interplanetaria, es por ello que un grupo de científicos se encuentran estudiando el funcionamiento de los viajes interestelares; que son las travesías que se hace entre estrellas.
A lo largo de los años, la NASA y otras instituciones se han encargado en estudiar cuál sería la forma posible de realizar viajes interestelares, pero la principal dificultad de estas travesías es la enorme distancia que debe cubrirse, así como el tiempo que se llevaría con los métodos de propulsión más realistas que existen en la actualidad (y sí, podrían ser décadas o hasta milenios).
Por ello, los científicos quieren disparar tardígrados 'indestructibles' hacia estrellas distantes en nuestra galaxia a 100 millones de millas por hora usando láseres masivos.
Los tardígrados, llamados comúnmente osos de agua debido a su aspecto y movimientos, constituyen un filo de ecdisozoos dentro del reino animal, y se caracterizan por ser invertebrados, protóstomos, segmentados y microscópicos.
¿Cómo estos seres vivos ayudarán al humano a estudiar los viajes interestelares?
Los expertos estadounidenses quieren saber cómo los viajes espaciales interestelares afectan a los animales microscópicos, conocidos por su capacidad para sobrevivir en condiciones extremas, incluso en el espacio exterior.
Así, en un nuevo artículo, propusieron construir pequeñas sondas espaciales que contengan tardígrados que viajarían hasta un 30% de la velocidad de la luz en el espacio. Estas sondas serían impulsadas por luz láser en lugar de combustible para cohetes, desde una matriz láser estacionada en la Tierra, o posiblemente en la luna.
Todo el proceso de lanzamiento consumiría una décima parte de toda la red eléctrica de Estados Unidos, como admitieron los investigadores, además de que se deberán alcanzar velocidades de aproximadamente 100 millones de millas por hora, con la finalidad de que los tardígrados alcancen el próximo sistema solar, llamado Próxima Centauri, que se ubica a aproximadamente 20 años de la Vía Láctea.
El concepto ha sido detallado por investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara en un artículo publicado en la revista Acta Astronautica, en donde explicaron que los tardígrados viajarían en pequeñas naves espaciales, que serían serían monitoreadas con precisión para detectar cualquier efecto detectable del viaje interestelar en la biología de las criaturas, y las observaciones se transmitirían a la Tierra mediante ondas de luz.
Los tardígrados fueron descubiertos por primera vez por el zoólogo alemán Johann August Ephraim Goeze en 1773, quien les dio su cariñoso apodo de 'osos de agua' debido a su apariencia regordeta y ligeramente adorable. Se ha demostrado que las criaturas son prácticamente imposibles de matar, incluso cuando están congeladas, hervidas, trituradas o electrocutadas con radiación.
Con información de Daily Mail
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