Algunas innovaciones en el mundo de la tecnología, como el auge de proyectos de código abierto y la evolución de la web2 a la web3, están descentralizando el ciberespacio para darle atributos liberales y democráticos. La descentralización le está ofreciendo a los individuos más libertad en todos sus ámbitos. Especialmente, la descentralización y los avances tecnológicos nos están ofreciendo más libertad financiera que nunca antes. La libertad financiera es una de las más fundamentales para gozar de la libertad en su plenitud.
Así como ha evolucionado el ser humano y, con él, la tecnología: también el dinero ha evolucionado a lo largo de la historia. El dinero es una institución humana; no se puede asumir que apareció de un día al otro debido a la creación de alguien o de algún Estado. El dinero surgió orgánicamente con el mercado.
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Los seres humanos tenemos una propensión de la naturaleza humana que nos lleva a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra. Sin esta inclinación al cambio, cada uno de los seres humanos tendría que procurarse por su cuenta las cosas necesarias para sobrevivir. El hombre vive gracias al cambio; la sociedad prospera gracias a ser una sociedad comercial. Para sobrepasar la limitación del trueque es necesario que haya una mercancía que sea aceptada cómo medio para el intercambio y esa mercancía es el dinero.
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En el siglo XXI estamos acostumbrados a asociar al dinero con la imagen de un billete de papel o de una moneda. Sin embargo, a lo largo de la historia han existido (y todavía existen) muchas otras mercancías que han actuado como dinero. Las vacas y la sal, entre muchísimos ejemplos más, han servido cómo dinero en algunos momentos y lugares. A medida que la tecnología progresa, emergen formas de dinero cada vez más sofisticadas.
De acuerdo con Hegel, el dinero y la “economía política”, escrito por dos profesores del ITAM, el dinero permitió que los individuos se relacionaran entre sí de manera más equitativa y que el valor del trabajo pudiera determinarse de manera más justa. “Solamente si los esclavos o los siervos fueran dueños de sí mismos y de su trabajo podrían estar en condiciones de ponerle precio a sus acciones y ser reconocidos en el ámbito social, económico y político. El dinero tiene mayor relevancia en una sociedad en la que se estima la libertad del individuo.”
Hegel postula a la libertad como el fundamento de la vida social y política. Por lo tanto, despelleja la idea de la planificación central. Según el filósofo alemán, una negación al intercambio económico es una negación a la libertad individual y a las posibilidades de desarrollo e inclusive paz entre los hombres.
“Sin libertad no hay precio ni mercado. Para Hegel, el intercambio de servicios y de los productos por medio del dinero se funda precisamente en lo contrario, en el respeto al principio de la libertad subjetiva. Si alguien vende un servicio, prestación o producto es porque le pertenece, es el propietario de la cosa o de la acción y si esta fue realizada es por su voluntad particular. El dinero hizo al mundo más justo y equitativo porque permitió que el intercambio entre hombres estuviera fundado en la libre voluntad y el árbitro de las partes. El proceso de liberación de lo individual fue el que consolidó al dinero como medio de cambio universal y posibilitó al mismo tiempo el mutuo reconocimiento de los hombres. Por eso, a medida que el dinero fue convirtiéndose en un aspecto central del nuevo modo de relación entre los individuos, la libertad individual se fue consolidando.” (González Díaz y McCadden).
Conforme al pensamiento de Hegel, el Estado carece de sentido sin el mercado y, al mismo tiempo, el mercado carece de sentido sin el Estado. El Estado no debe ser el protagonista de la vida económica, sino que sólo debe garantizar una atmósfera de libertad para que los individuos puedan llevar a cabo sus actividades.
Si continuamos analizando la evolución del dinero, es notable la enorme cantidad de medios monetarios que fueron reemplazados por la competencia de mejores formas de dinero. El principal factor que determina a la mejor forma de dinero es la realidad tecnológica de la sociedad. Por mucho tiempo, el oro fue la mejor forma de dinero en todo el mundo y seguirá siendo una gran forma de dinero por su gran vendibilidad. El término de la vendibilidad, del economista Carl Menger, es lo que determina a las mejores formas de dinero y se refiere a qué tan aceptada es una mercancía cómo medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor.
Sin embargo, el oro es vulnerable porque está centralizado en las manos de muy pocas organizaciones y autoridades. Por esta razón, el Dr. Saifedean Ammous argumenta que se ha introducido un nuevo problema de vendibilidad, y es la capacidad del vendedor de vender su bien sin la intervención de terceros que puedan imponer restricciones a la vendibilidad de ese dinero. Añadiendo el criterio de la descentralización a la vendibilidad del dinero, es posible tener una comprensión completa de lo que significa el dinero sólido. Es decir, el dinero que el mercado elige libremente. La competencia monetaria de libre mercado es tremendamente efectiva para producir dinero sólido.
“La civilización humana floreció en tiempos y lugares en donde se adoptó ampliamente el dinero sólido, mientras que el dinero no sólido coincidió con demasiada frecuencia con el declive de la civilización y el colapso social. Ya sea en Roma, Constantinopla, Florencia o Venecia, la historia muestra que un dinero sólido es un requisito previo necesario para el florecimiento humano, sin el cual la sociedad se encuentra al borde de la barbarie y la destrucción.” (Ammous).
El Bitcoin es un dinero sólido debido a su vendibilidad y a que no hay una autoridad central que le pueda imponer restricciones. La descentralización de Bitcoin es lo que convierte a este cripto-activo en el dinero más sólido que hemos conocido los seres humanos. Frecuentemente se asocia a la descentralización y a la cripto-comunidad con las ideas libertarias que detestan al gobierno. Por lo tanto, es importante enfatizar que la descentralización no implica la desaparición del Estado. Vale la pena recordar la idea hegeliana de que el Estado carece de sentido sin el mercado y, al mismo tiempo, el mercado carece de sentido sin el Estado.
Muchos críticos usan casos del mal manejo de claves ó de exchanges que congelan cuentas de cripto para mofarse de la descentralización. Desafortunadamente, esas críticas únicamente reflejan un muy pobre entendimiento de lo que significa la descentralización. En la cripto-comunidad es muy común escuchar una frase que dice: not your keys, not your crypto. Esto se refiere a que uno no es dueño de sus cripto-activos realmente si los tiene almacenados en un exchange, (Coinbase y Bitso son algunos ejemplos de estas carteras de software). Para realmente ser el dueño de tus cripto-activos es necesario almacenarlos en una cartera de hardware especialmente hecha para cripto-activos. Solamente así es posible evitar que tu cuenta sea congelada cómo acabamos de ver en Canadá.
Adicionalmente, en The Bitcoin Standard, Ammous acepta que usar Bitcoin requiere entendimiento técnico competente e implica riesgos que lo convierte en algo inconveniente para algunas personas:
“Este libro no ofrece consejos de inversión, pero tiene como objetivo ayudar a dilucidar las propiedades económicas de la red y su funcionamiento, para brindar a los lectores una comprensión informada de Bitcoin antes de decidir si quieren usarlo. Solo con tal comprensión, y sólo después de una investigación exhaustiva de los aspectos prácticos de poseer y almacenar Bitcoins, alguien debería considerar invertir en Bitcoin. Si bien el aumento del valor de mercado de bitcoin puede hacer que parezca una inversión obvia, una mirada más cercana a la miríada de hacks, ataques, estafas y fallas de seguridad que le han costado a las personas sus Bitcoins brinda una advertencia aleccionadora para cualquiera que asume que poseer Bitcoins proporciona una ganancia garantizada. Si termina de leer este libro pensando que la moneda Bitcoin es algo que vale la pena poseer, su primera inversión no debe ser comprar Bitcoins, sino dedicar tiempo a comprender cómo comprar, almacenar y poseer Bitcoins de forma segura. Es la naturaleza inherente al Bitcoin que dicho conocimiento no se puede delegar ni subcontratar. No hay alternativa a la responsabilidad personal para cualquier persona interesada en usar esta red, y esa es la inversión real que se debe hacer para ingresar a Bitcoin”.
Más allá de Bitcoin, la descentralización se está desarrollando de múltiples y muy variadas maneras. En 1998, el economista ganador del Premio Nobel, Paul Krugman, dijo: “Alrededor de 2005, quedará claro que el impacto del internet en la economía no va a ser mayor que el de las máquinas de fax.” Eso que pasó con el internet, pasará con lo que se conoce cómo DeFi (Finanzas Descentralizadas) y la web3; Hay una enorme ola de innovaciones tecnológicas apenas están en pañales.
Un proyecto (de muchos) que ilustra a la perfección el poder de la descentralización se llama Helium. “La red Helium es una red inalámbrica descentralizada que permite que dispositivos en cualquier parte del mundo puedan conectarse al Internet de forma inalámbrica y geolocalizarse sin la necesidad de hardware de ubicación satelital que consume mucha energía o planes celulares caros. La red Helium es una cadena de bloques, con un token de protocolo nativo, que da nuevos incentivos a los actores económicos en el mercado de telecomunicaciones. Con la introducción de una cadena de bloques, inyectamos descentralización en una industria actualmente controlada por monopolios. El resultado es que la cobertura de la red inalámbrica se convierte en una mercancía impulsada por la competencia, disponible en cualquier parte del mundo, y a una fracción de los costos actuales.
La libertad financiera es una de las libertades más importantes que hay y la descentralización del ciberespacio ofrece más libertad financiera que nunca. Es erróneo pensar que la descentralización es un enfrentamiento al Estado. De hecho, la descentralización es capaz de ayudar al Estado a cumplir mejor su tarea que es velar por la libertad de los individuos en todos sus ámbitos.
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