En 1950, el físico Enrico Fermi planteó una de las mayores preguntas sin respuesta en la historia de la astronomía y de la humanidad: ¿Dónde está todo el mundo? Si hay tantas estrellas y tantos mundos, con tantas oportunidades para que surja la vida, ¿por qué estamos aparentemente solos en el cosmos?
Con 14 mil millones de años de historia universal, parece que los cielos deberían estar llenos de astronautas, sondas no tripuladas y señales de radio. A pesar de todo esto, no hay señales aparentes de vida afuera de la Tierra.
Con una sola muestra; (la Tierra), es imposible sacar conclusiones sobre cuán común es la vida en el universo o por qué aún no la hemos encontrado.
Se han propuesto docenas de soluciones para el Gran Silencio, incluyendo que realmente estamos solos, que nos encontramos en una etapa temprana de la evolución del universo y somos una de las primeras especies inteligentes en surgir, que las civilizaciones tecnológicas tienden a autodestruirse. Y luego está la hipótesis del Bosque Oscuro, pero qué tiene que ver con la paradoja de Fermi y el cometa 3I/ATLAS?
¿Qué es el Bosque Oscuro?
La hipótesis del Bosque Oscuro toma su nombre de la novela de ciencia ficción de Liu Cixin de 2008, que lleva el mismo nombre, en la que existen muchas civilizaciones en el universo, pero son hostiles y silenciosas.
Lo planteado en la novela es similar al escenario de las Sondas Mortales, también conocido como la hipótesis Berserker, que sugiere que no hemos encontrado vida extraterrestre porque toda ha sido destruida por naves espaciales autorreplicantes asesinas.
El Bosque Oscuro compara el universo con un entorno lleno de depredadores donde la mejor manera de sobrevivir es permanecer en silencio.
¿Qué tiene que ver la Paradoja de Fermi y el Bosque Oscuro con el 3I/ATLAS?
De acuerdo con La Paradoja de Fermi y el Bosque Oscuro, en este tipo de escenarios, cuando se desconocen las intenciones de una civilización extraterrestre, quizá sea mejor permanecer en silencio pues la única forma de sobrevivir a largo plazo es el sigilo.
Muchas civilizaciones pueden optar por no explorar ni comunicarse, permaneciendo en silencio y a salvo en sus planetas de origen. Estas teorías también exponen que las civilizaciones que sí están interesadas en explorar la vida en el Universo; más allá de sus planetas lo harán de manera encubierta y una forma de lograrlo podría ser disfrazar sus sondas como rocas espaciales interestelares; por ejemplo, el 3I/ATLAS.
Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard argumenta que si 3I/ATLAS fuera una nave extraterrestre, su trayectoria actual le permitiría acceder fácilmente a la Tierra.
Cuando esté detrás del Sol y fuera de nuestra vista, podría impulsarse secretamente para reducir su velocidad y entrar en órbita alrededor del Sol. Si así lo deseara, podría trazar un rumbo hacia la Tierra, llegando en noviembre o diciembre.
¿3I/ATLAS es una reliquia extraterrestre?
Las formas de vida extraterrestres no fueron creadas iguales. Quienes fueron lo suficientemente inteligentes como para dejar reliquias en el espacio interestelar se elevaron a la categoría de actores principales en la obra cósmica, como detalla Avi Loeb en una de sus más recientes entradas en su blog Medium. "Nuestros hermanos podrían tener un aspecto diferente, incluyendo formas de vida que desconocemos"; asegura el científico en el art??culo titulado "Extraterrestrial Life Forms Were Not Created Equal".
De acuerdo con Avi Loeb, "estas reliquias tecnológicas podrían aparecer como objetos interestelares anómalos en el sistema solar interior, como el último visitante, 3I/ATLAS".
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